De ahí que una de las actividades conmemorativas del 125º aniversario de la colocación de la primera piedra -sucedió tal día como ayer de 1882- sea la convocatoria de un concurso internacional de ideas en el que invitan a arquitectos de renombre y también a emergentes y a estudiantes a que aporten iniciativas sobre cómo debería ser el entorno del templo.

El concurso de ideas -que nunca serán ejecutadas, porque ésa es competencia exclusiva del Ayumtamiento- no sólo incluye las plazas colindantes, sino la fila de dos manzanas que hay delante de la fachada principal del templo, en la calle Mallorca, hasta llegar a la Diagonal. «La idea que tenía Gaudí es que la fachada de la Glòria se viera desde la Diagonal», recordó ayer Joan Rigol, presidente delegado de la junta constructora del Temple Expiatori de la Sagrada Família, quien aclaró que «es una operación a largo plazo y, en cualquier caso, no es una operación que nos pertoque a nosotros, sino al Ayuntamiento de Barcelona».

En este sentido, Jordi Bonet, arquitecto jefe de las obras del templo, recordó que «antes de que se hicieran las viviendas, había unos almacenes y ya se sabía que no se podían edificar viviendas, porque en los planos vigentes del Ayuntamiento ya figura que estos terrenos están calificados como zona verde y que albergarán una avenida de 60 metros de ancho hasta la avenida Diagonal».

La voluntad del concurso de ideas internacional -que se abrirá en junio y se cerrará en marzo del año que viene- y del curso sobre cómo proyectar el entorno de la Sagrada Família que se llevará a cabo en julio es despertar el debate académico sobre un tema que aún está por resolver: satisfacer el deseo expreso de Gaudí de que la Sagrada Família fuera visible desde todos los ángulos posibles.

La reivindicación, aseguran, es también por una cuestión de espacio.«El Ayuntamiento deberá resolver el problema de los millones de visitantes que recibe la Sagrada Família cada año. Hay días que vienen hasta 20.000 personas. El concurso de ideas quiere plantear reflexiones para poner una solución a todo esto», expresó Bonet.

Más allá de las reivindicaciones espaciales, tanto Rigol como Bonet hicieron hincapié en los festejos que van a recordar durante todo este 2007 que hace 125 años que se colocó la primera piedra de la Sagrada Família. Gaudí ni siquiera era el arquitecto encargado -los primeros planos del templo pertenecen a Francesc de Paula del Villar-, pero un año después se puso al frente de la obra y le insufló al templo su propia y marcada personalidad.

Esta superposición de ideas y planos se ve claramente en la exposición que, durante todo este año, hace un recorrido cronológico -y muy pedagógico- por las fases de construcción del templo, desde la adquisición del terreno hasta la actualidad.

Dentro de este año de celebraciones, también está prevista una exposición sobre el arquitecto japonés Kenji Imai, que en los años 20 quedó prendado por la Sagrada Família y llevó hasta Japón su pasión por Gaudí; un homenaje a Josep Maria Subirachs, con la inauguración de la escultura dedicada a Sant Jordi, el 22 de abril; y el descubrimiento del ábside, el 6 de junio. Una misa solemne cerrará, el 19 de marzo del año que viene, el año de la conmemoración.

Pie de foto titulada

LA PASSIO SE ILUMINA

La fachada de la Passió de la Sagrada Família estrena iluminación en la parte superior. Ayer se encendieron los focos como pistoletazo de salida a la conmemoración del 125º aniversario de la colocación de la primera piedra. Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, y Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, presidieron el acto.