ANGEL DIAZ
MADRID.-
Un pequeño lagarto que habitó el noreste de China en el Cretácico inferior poseía unas costillas alargadas que se extendían a ambos lados de su tronco y, al estar recubiertas por membranas similares a unas alas, le permitían planear entre los árboles de la región.
El animal, que ha recibido el nombre de Xianglong Zhaoi (Xianglong significa dragón volador y Zhaoi Dayu es un célebre paleontólogo chino), medía 15 centímetros y medio de largo, de los cuales más de nueve se correspondían a su fina y larga cola. Del resto de su cuerpo, cuyo fósil ha aparecido en el yacimiento de Jehol, en la provincia china de Liaoning, lo que más llama la atención son sus ocho protuberantes costillas.
Gracias a esta peculiaridad, el Xianglong podía planear como un ala delta, lo que le permitía trasladarse con un gasto energético mínimo. Otros animales, como las ranas o ardillas planeadoras, lo hacen mediante membranas que unen sus dedos gordos, o se extienden entre sus piernas y su cuerpo.
Según argumentan Pi-peng Li, de la Universidad Shengyang Normal, y sus colaboradores en el último número de Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), las costillas voladoras del Xianglong representan un «sorprendente caso de evolución convergente», ya que otras criaturas que no pertenecían a su línea evolutiva, como los Draco u otros lagartos del Triásico superior, también desarrollaron este tipo de membranas de forma independiente.
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