Martes, 20 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6302.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Creo que la verdad sólo tiene un rostro: el de una violenta contradicción (Georges Bataille)
 ESPAÑA
EL BLOC DE
Algo huele a podrido
Luis del Pino

Objetos. Los testigos de los trenes se desdicen, Sánchez Manzano deja la historia oficial a los pies de los caballos y ahora los policías que estuvieron junto a la furgoneta van corroborando, uno a uno, que nadie vio en aquel vehículo ningún objeto relevante. Si el otro día era uno de los policías que acudieron a Alcalá el que declaraba por tres veces que él no vio nada en la parte trasera de la furgoneta, hoy han sido otros dos testigos directos los que han aseverado que allí no había esa orgía de objetos que luego aparecería en Canillas. El primero de ellos, el policía que tuvo que entrar en la furgoneta para abrir la puerta delantera antes de que la grúa se llevara el vehículo, ha declarado que él no vio nada relevante, que no tuvo que pisar ni sortear ningún objeto al introducirse en la furgoneta. Por su parte, el guía canino, cuyo perro entró en la furgoneta, ha declarado que tampoco vio nada en la parte trasera. Testigo a testigo, se van corroborando las informaciones que habíamos ido poniendo sobre la mesa.

Olores. La declaración más demoledora ha sido la del guía canino cuyo perro entró en la furgoneta de Alcalá. Interrogado por la defensa de Jamal Zougam, ha afirmado tajantemente que, si en esa furgoneta se hubieran transportado varias decenas de kilos de explosivos, el perro los habría detectado. Otro de los abogados le ha pedido que clarificara esa afirmación tan contundente: «Pero si esos 30 o 50 kilos de explosivos hubieran estado metidos dentro de bolsas de basura cerradas, que a su vez hubieran estado introducidas en mochilas o bolsas cerradas, ¿el perro habría detectado que allí se habían transportado explosivos?». La respuesta no ha podido ser más letal. «Sí. Con esas cantidades de explosivos siempre quedan restos que el perro debe detectar». ¿Y qué hacemos ahora, me pregunto yo? En la furgoneta de Alcalá no se transportó ninguna mochila-bomba. Y la pregunta es: ¿por qué hicieron falta tantas mentiras para construir la versión oficial?

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad