Ese pelotón que, según Spengler, es el que desde las Termópilas siempre acude para salvar a la civilización occidental, sin duda está formado por gente con el mismo espíritu que ésta. Y su valor queda resumido en el comportamiento del subinspector con número de placa 64.501, cuando en la noche del 11 de Marzo recibió un aviso procedente de la sala del 091 que le enfrentó, junto a dos compañeros, a la mochila de la comisaría del Puente de Vallecas. Consciente de que ésa no se les podía ir en una explosión controlada con la que se habrían desintegrado las pruebas, primero la metió en un coche que condujo solo «para que nadie más muriera conmigo si explotaba», y luego, ya en el Parque Azorín, peleó con ella aun temiendo la trampa de un segundo detonador e incluso metiendo las manos en la masa explosiva como quien hace pan. Felicidades por su trabajo.

Lo que permanece sin aclarar es de dónde salió esa bolsa de basura con cierre amarillo contenida en una bolsa que aguantó sin un descosido las explosiones y que no fue advertida en ninguna de las cuatro búsquedas hechas por profesionales en el tren de El Pozo; cómo esquivó todos los filtros hasta llegar a la comisaría esa bomba cuya maraña de cables que parecen tentáculos en la radiografía estaban abocados a no servir. Según 64.501, por la chapuza, que «no cuadra» con el ingenio con que fue armado un artefacto sencillo y ajeno a cualquiera de ETA, de haber favorecido un cortocircuito por no aislar los cables.

Pero, según su compañero 66.618, porque había rabizas sueltas y entonces aquello era una bomba de atrezo que fue dejada para guiar la investigación hacia la resolución rápida. El material de la bolsa coincide con el que fue hallado en el piso de Leganés. ¿Habría entonces que manejar la hipótesis de que la intención política del comando de derribar un Gobierno que merecía castigo era de tal determinación que hasta colocaron pistas que ayudaran a este propósito aun sabiendo que causarían su propia detención o un cerco que les obligaría al suicidio? La hipótesis alternativa está relacionada con otro misterio que contiene sus propias preguntas sin respuesta: por qué un perro no olió explosivos en una furgoneta en la que un policía que metió el cuerpo por la parte de carga para poner la marcha en punto muerto tampoco vio ninguno de los objetos/pista que luego aparecieron en Canillas y que tanto argumentaron el pásalo.