El ministro de Industria, Joan Clos, afirmó ayer en Bilbao que la nueva remesa de cartas de extorsión de ETA a los empresarios vascos supone «otro palo en la rueda» en el intento de alcanzar la paz e «impide avanzar en la buena» dirección.
Clos mantuvo una reunión ayer con representantes de la patronal vasca, primero, y del Círculo de Empresarios Vascos, a continuación, en lo que constituye el primer encuentro de un miembro del Gobierno central con representantes del empresariado después de que el pasado fin de semana se conociera que ETA ha mandado una nueva remesa de cartas exigiendo el pago del llamado impuesto revolucionario.
El ministro de Industria mostró su rechazo «total y absoluto» a estas cartas y reafirmó su «solidaridad» con el empresariado vasco.
«Éste no es el camino de la paz y el diálogo», señaló.
Joan Clos compartió con los empresarios «la voluntad y el deseo de recuperar el proceso de paz» y lamentó que «todas las noticias que van en dirección contraria» suponen «otro palo en la rueda y nos impiden avanzar en la buena dirección», como ocurre con el nuevo envío de cartas de extorsión.
«Legalidad, respeto a la legalidad y compromiso con la paz es el camino que incluso nuestras empresas necesitan para ser competitivas», indicó.
El ministro reconoció el «esfuerzo» realizado por los empresarios vascos a lo largo de estos años y consideró «lamentable» el rebrote de la extorsión, como el de «cualquier elemento asociado con la violencia».
Clos mantuvo su primera reunión ayer en el País Vasco con la patronal guipuzcoana Adegi, encabezada por Eduardo Zubiaurre, y con el presidente y el secretario general de Confebask, Miguel Lazpiur y José Guillermo Zubia, respectivamente.
Tras el encuentro, esencialmente económico, el presidente de Adegi confirmó de nuevo la existencia de esta remesa de cartas, aunque no quiso aportar más datos de los ya conocidos, como que se trata de misivas en las que se reclama a los empresarios entre 60.000 y 70.000 euros para la «construcción de Euskal Herria», y que están escritas en un tono muy similar a las enviadas el pasado año a empresarios navarros, poco después de decretarse la tregua.
Las cartas, fechadas en el mes de febrero, eluden cualquier amenaza explícita y utilizan términos como «colaboración» y «aportación voluntaria» , en concepto de «ayuda económica» para «el proceso de liberación y construcción» vasco.
La organización terrorista asegura en el texto que tiene constancia de la «situación económica» del extorsionado y del «trabajo que realiza», y le sugiere que, por motivos de seguridad, la ayuda se materialice en billetes de 20, 50 y 200 euros.
Tras reunirse con la patronal en San Sebastián, el ministro se trasladó a Bilbao, donde mantuvo un almuerzo con el Círculo de Empresarios Vascos.
Precisamente desde esta organización empresarial se señaló, tras conocerse la nueva remesa de cartas, que no tenían constancia de su existencia, aunque eso no quería decir que no hubiera alguna.
Aunque el encuentro de Clos con el Círculo fue de carácter privado, el presidente de esta organización, Alvaro Videgain, manifestó que siempre ha apostado por el proceso de paz, pero al mismo tiempo reiteró que no puede llevarse a cabo una negociación mientras se mantenga la extorsión o la violencia.
Al margen del asunto de las cartas, la patronal guipuzcoana aprovechó su reunión con el ministro de Industria para reclamar al Gobierno central la transferencia a la Comunidad Autónoma Vasca de las competencias de innovación e investigación.
Una reclamación a la que el ministro respondió que no entra en el ámbito de su Ministerio, sino en el de las negociaciones entre el Gobierno vasco y el central. No obstante, se mostró convencido de que «con diálogo entre el Gobierno de Euskadi y el central se producirá el acuerdo necesario para que esto no se convierta en un tema conflictivo».