PATRICIA DEL GALLO. Corresponsal
OVIEDO.-
Constantino García, el conductor asturiano al que un radar pilló a 260 kilómetros por hora en una autovía de Burgos, está estudiando reclamar la responsabilidad patrimonial del Estado por haber estado 13 meses sin carné de conducir cuando le era necesario para trabajar, y después de que un tribunal le absolviera. Según García, que ayer dio una rueda de prensa para ofrecer su opinión sobre lo sucedido, «conducir a gran velocidad no es delito, y si las autoridades quieren que lo sea, entonces deben cambiar la ley».
No obstante, este conductor dijo que no se dio cuenta de que iba a 260 kilómetros por hora. Es más, dudó de que «realmente fuera a esa velocidad» ya que, según su versión, el vehículo tiene un limitador de velocidad de 250 kilómetros por hora. Reconoció que había apretado el acelerador del coche que le había dejado un amigo, un Audi 8 con 450 caballos de potencia valorado en 144.240 euros, pero que en ningún momento puso en peligro la vida de nadie. «Era una recta por la que apenas había tráfico» en la autopista A-231 entre León y Burgos, sostiene.
García, de 42 años, fue absuelto hace unos días de conducción temeraria. El tribunal consideró que su conducta no supuso «un peligro concreto» para ninguna persona, y por ello revocó una sentencia anterior impuesta por el Juzgado de lo Penal número 1 de Burgos que le condenaba a seis meses de cárcel y dos años de retirada de carné. Por eso, ayer aseguró que su caso nunca debió ser juzgado como un delito, sino como una simple infracción del Código de Circulación. Ahora tendrá que pagar una multa de 600 euros y la retirada de carné por tres meses.
Estos 13 meses su vida, según relató, han sido un calvario. «He vivido todo este tiempo como si fuera un delincuente», aseguró.
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