Esperanza Aguirre sigue deshojando la margarita de los miembros del PP que la acompañarán en los primeros puestos de su lista. Ayer, confirmó oficialmente que el número tres será el consejero de Presidencia y secretario general del partido en Madrid, Francisco Granados, como ya adelantó M2 hace una semana, y que la presidenta de la Asamblea, Concepción Dancausa, será la cuarta en la candidatura de Alberto Ruiz-Gallardón, como también desveló ayer este diario.
En un difícil ejercicio de malabarismo electoral, entre cada tramo de cinco personas, el PP tiene esta vez que alternar dos mujeres y tres hombres o al revés, para cumplir con la Ley de Igualdad recién aprobada por el Congreso de los Diputados.
Los números cuatro y cinco los ocuparán dos mujeres -según confirmó ayer Aguirre- cuyos nombres no quiso desvelar a pesar de la insistencia de los informadores, aunque adelantó que ya las tiene decididas. «Yo ya sé quiénes van a ser», explicó a M2, «pero ellas todavía no, así que no lo puedo adelantar».
En fuentes del PP se considera seguro que estas dos personas serán dos consejeras del Gobierno regional. Y las que más papeletas parecen tener son la de Inmigración, Lucía Figar, y la de Familia y Servicios Sociales, Beatriz Elorriaga. Les sigue a corta distancia la titular de Hacienda, Engracia Hidalgo. En todo caso, las tres estarán entre las 10 primeras.
Lo más complicado son los hombres que estarán en ese top ten. Además de Ignacio González (dos), y Francisco Granados (tres), sólo puede haber tres más entre esos 10 y los candidatos son más de tres, para desgracia de los que se vayan a quedar atrás.
Casi seguro estará Juan José Güemes, el titular de Empleo y secretario de Comunicación del PP. Se considera también que el vicepresidente segundo, Alfredo Prada, y el portavoz en la Asamblea, Antonio Beteta, irán arriba.
Pero nada les garantiza a ninguno de ellos que vayan a estar entre esos 10 primeros. También consideran en el PP que Aguirre premiará al titular de Sanidad, Manuel Lamela, con un buen puesto. Su gestión de asuntos extremadamente difíciles, como el caso Severo Ochoa, las listas de espera o la construcción de ocho hospitales, está muy bien valorada por la presidenta, por lo que también es probable que esté en esos puestos de privilegio para los dirigentes populares.
Aguirre se refirió con palabras muy elogiosas a Concepción Dancausa, el fichaje que Aguirre ha querido colocar junto a Alberto Ruiz-Gallardón con la aquiescencia de éste, claro. La también presidenta del PP regional aseguró que el alcalde de la capital está «encantado» de incorporar a su candidatura a la actual presidenta del Parlamento regional, «como lo está la propia Dancausa», añadió.
«La opinión del alcalde es favorable, como no podía ser de otra manera», declaró Aguirre ante las preguntas de los periodistas.
La máxima dirigente del PP de Madrid aseguró que «sin duda» el «deseo» de Dancausa es «ir al Ayuntamiento de Madrid», pues «ha tenido experiencia en el Ejecutivo nacional, y en el Legislativo regional en dos legislaturas muy difíciles y comprometidas, y le gusta la gestión».
Siempre en relación con la composición de las listas electorales, la presidenta autonómica explicó que tanto en las del Consistorio de la capital como en las de la Comunidad habrá una «inmensa mayoría de miembros del partido». En este punto, dijo «no oponerse» a la inclusión de «alguna» persona independiente siempre y cuando «compartan los principios y valores» del PP.
Aguirre agregó que «habrá incorporaciones y novedades» en ambas candidaturas. Distintas fuentes populares coinciden en apuntar que no habrá grandes sorpresas ni ningún fichaje estrella.
Varias personas en el Partido Popular consideran que la incorporación de Dancausa a la candidatura municipal no es precisamente un premio para la persona que sigue ostentando el segundo puesto institucional más importante de la región, después de la propia presidenta de la Comunidad de Madrid.
La ex secretaria general de Asuntos Sociales en el Gobierno de Aznar estará después en manos de Ruiz-Gallardón cuando éste forme su Gobierno, en el caso de que gane las elecciones. Podría ser presidenta del Pleno municipal, pero también podría acabar presidiendo un distrito, ya que Ruiz-Gallardón no ha incorporado a su equipo de Gobierno a personas que no pertenezcan a su círculo más íntimo.