Martes, 20 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6302.
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Merkel convence a Polonia para la declaración del aniversario europeo
La canciller alemana consigue que los Kaczynski acepten la referencia a un nuevo Tratado en la celebración del cincuentenario
MARIA RAMIREZ. Corresponsal

BRUSELAS.- A Angela Merkel le quedan tres meses de Presidencia de la UE para conseguir su objetivo y nadie, ni siquiera unos rebeldes gemelos polacos, se le pondrá por delante. La canciller alemana ha conseguido un acuerdo para que los Veintisiete apoyen la declaración del cincuentenario europeo con una referencia al nuevo Tratado.

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Después del viaje de Merkel a Varsovia, el presidente polaco, Lech Kaczynski, anunció que aceptará la propuesta alemana, a pesar de que la Declaración de Berlín no mencionará los valores cristianos y sí la necesidad de un nuevo Tratado, que la canciller pretende poner en marcha en junio para su aprobación incluso este año. Polonia era el país más contrario a los planes alemanes, pero ha evitado así quedarse aislado en la fiesta de cumpleaños de la Unión Europea. «No veo ninguna razón por la que nos debamos encontrar en esa situación», dijo el presidente, el gemelo bueno y más moderado que su hermano idéntico y primer ministro, Jaroslaw.

Los polacos, que han vetado desde el mandato para que la Comisión Europea negocie con Rusia hasta la investigación con células madre o estaminales, ahora ceden en un texto que puede ser el preámbulo al nuevo Tratado, según reconocía Kaczynski, preocupado por las reformas que eliminarían el voto por unanimidad. La Constitución, ratificada por 18 países, no estará expresamente en la Declaración de Berlín, que subrayará, de forma más general, el compromiso de aprobar las reformas básicas. Sin embargo, el mini-Tratado, con la simplificación del voto -que da más peso a Alemania, el país más poblado-, la creación de un ministro de Asuntos Exteriores y la reducción del número de los comisarios, no es suficiente para algunos de los Estados que ya han aprobado la Constitución.

«Mi Gobierno se opone a un mini-Tratado. Queremos uno real y fuerte, y eso es lo que la Cancillería alemana pretende hacer», aseguró ayer Romano Prodi, premier italiano y ex presidente de la Comisión Europea, antes de recibir a Merkel en Roma. La canciller está tan empeñada en que se tome una decisión clara en la última cumbre de su turno, la de junio, que ha pedido expresamente a sus funcionarios que liquiden todos los deberes pendientes en mayo y que el Consejo Europeo se dedique exclusivamente al Tratado. Su obstinación en un debate que otros han pospuesto tiene mucho que ver con la Historia de los alemanes. «Están obsesionados con Europa. Temen que si no están centrados en la UE, se les vaya la cabeza y hagan cosas raras», explica un alto diplomático europeo, sorprendido por los discursos germanos en Bruselas.

El domingo, los 27 jefes de Estado y de Gobierno celebrarán así, entre tartas de 27 sabores, conciertos y lanzamientos (no los suyos) en paracaídas, el aniversario del Tratado de Roma con la promesa de otro, que debería entrar en vigor antes de 2009. Merkel incluso presiona para que sus colegas acepten que este plazo se incluya en la Declaración. Los checos son quienes más protestan, pero, según fuentes comunitarias, la Presidencia puede aprovecharse de que nadie quiere quedar en evidencia en una fiesta de cumpleaños y mucha publicidad.

Los líderes de los Veintisiete pueden llegar a un delicado acuerdo, pero lo que no está tan claro es que los europeos estén satisfechos con el rumbo de la UE. Según un sondeo del Financial Times publicado ayer, el 44% de los ciudadanos de los cinco mayores países de la Unión -Alemania, Francia, Reino Unido, España e Italia- cree que el suyo está ahora peor que cuando entró en el club europeo. Los más negativos son los alemanes, socios fundadores, y los británicos, los eternos isleños, mientras que la mayoría de los españoles, los más optimistas, creen que la vida es mejor dentro de la UE. En cualquier caso, la mayor parte de los ciudadanos no querrían que su país dejara la organización y consideran que Europa funcionaría mejor con una Constitución o algo que se le parezca.

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