A. S.
José Bové, el bigotudo líder del movimiento antiglobalización, es el último personaje que se cuela en la carrera presidencial francesa, asumiendo la etiqueta de «portavoz de los que no tienen voz» y proclamando el comienzo de «la insurrección electoral contra el liberalismo económico».
Bové considera que Nicolas Sarkozy es un peligro para Francia y que Ségolène Royal encarna una izquierda que ha dejado de serlo. Él, sin embargo, se presenta como «la izquierda alternativa, ecologista, antirracista, feminista y solidaria».
Si algo no se le puede negar al antiguo representante de la Confederación de Paisanos es su larga y decidida lucha contra las causas más dispares. Ha liderado la destrucción de campos de maíz transgénico o de McDonalds. Se presentó en Palestina en 2002 como escudo humano de Arafat. Hizo campaña por el 'no' a la Constitución Europea en el referéndum de 2005. Y, como dijo ayer, ahora comienza una nueva batalla, «la verdadera».
Entre las propuestas que ofrece si es elegido presidente de la República, Bove propone la moratoria de los cultivos de organismos genéticamente modificados al aire libre, la detención de la construcción del reactor nuclear EPR o la prohibición de despedir trabajadores a empresas que obtengan beneficios.
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