DANIEL UTRILLA. Corresponsal
MOSCU.-
El peor accidente minero sufrido por Rusia en esta década se cobró ayer la muerte de al menos 71 trabajadores en una mina de carbón de Novokuznetsk, en la región siberiana de Kemerovo.
Una explosión de grisú sorprendió ayer a 183 mineros mientras trabajaban en las profundidades de la mina Ulianovskaya, cuya explotación comenzó en el año 2002. Los equipos de rescate lograron salvar con vida a 88 mineros (cinco de los cuales tuvieron que ser hospitalizados), mientras se desconoce la suerte de una veintena de ellos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, envió al ministro para Situaciones de Emergencia, Serguei Shoigu, a la zona, donde dirige personalmente a las 14 brigadas de salvamento, que anoche continuaban sus labores de rescate en el interior de la mina.
La explosión conllevó el derrumbe de galerías, en las que quedaron atrapados decenas de mineros cuando trabajaban a 270 metros de profundidad, informó Itar-Tass.
Este accidente vuelve a sacar a la superficie el debate sobre las deficientes medidas de seguridad de las minas ex soviéticas, muchas de las cuales apenas han renovado sus instalaciones. No parece ser el caso de la mina Ulianovskaya, abierta hace cinco años y que -según informan las autoridades locales- contaba con modernos sistemas de seguridad.
«Se tomarán medidas más rigurosas para el mantenimiento de la seguridad en industrias tan peligrosas», declaró ayer el primer ministro ruso, Mijail Fradkov.
La Fiscalía local investiga la causa de la tragedia y si los propietarios de la mina incurrieron en negligencias en materia de seguridad. La mina es propiedad de Yuzhkuzbassugol, el 50% de cuyas acciones pertenece a la mayor acerera rusa, Yevraz.
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