Al central andaluz le han caído cuatro partidos de sanción, y tanto él como David Navarro, por el Valencia, y Burdisso, Córdoba, Maicon y Julio Cruz, por el Inter, están citados el miércoles para intentar que les rebajen la sanción. Ocurre que ese miércoles, día 28, se disputa el España-Islandia en Mallorca, el segundo de los partidos que justifican esta concentración. La Federación Española no tenía ayer constancia oficial de esta citación, y cuando le sea comunicada se pondrá en contacto con la UEFA para intentar que Marchena pueda presentarse otro día ante el Comité de Apelación, y estar así a disposición de Luis en los dos partidos. Sin embargo, el departamento jurídico del Valencia asegura que lo único que puede decidir la Federación sobre Marchena es si concede o no el permiso para que viaje a Nyon, nada más, debido a que el día 28 es la última fecha posible para que el jugador acuda ante la UEFA.

Lesiones.

Otro tema que tiene preocupado a Aragonés es el lateral izquierdo. Antonio López entraba ayer en la residencia con una ecografía en la mano, testigo de la elongación muscular que sufre. «Yo creo que no habrá problema», decía. Por la tarde entrenó con normalidad junto al resto de sus compañeros, en una sesión de apenas una hora dedicada a desentumecer músculos. Problema, el del lateral izquierdo, que se une a todos los que tiene España en la defensa. Sergio Ramos y Puyol están sancionados, así que alguien tiene que jugar de lateral derecho.

A Luis le gusta Angulo para ese espacio por su capacidad de sacrificio y por el recorrido de un tipo generoso. Está la opción de Angel, el jugador del Celta, aunque probablemente será el futbolista del Valencia quien juegue contra Dinamarca. Eso permitirá la entrada de Iniesta como presunto interior diestro, con Albelda y Xavi en el centro y Silva en la izquierda. Salvo sorpresa, Morientes y Villa serán los delanteros, con lo que Torres, que ayer cumplió 23 años, volverá a estar en el banquillo. El Niño se bajó con cara de sorpresa del Mercedes negro de su padre. «¿Qué es esto?», dijo, tocándose la cazadora. Bajo un sol impecable, una especie de copos de nieve se presentaban como algo insólito, mientras los internacionales entraban en la residencia con pocas ganas de hablar. Sólo el propio Torres e Iniesta hicieron un alto. «El sábado, el Bernabéu es de la selección», cerró el posible debate, para decir que en estos dos partidos se lo juegan «todo». De no ganar los dos partidos, habrá que ir pensando en ver la Eurocopa del año que viene por televisión.