MADRID. - La operación de control sobre Endesa no deja de deparar sorpresas. Nombres en clave, operaciones secretas, investigaciones de detectives al más puro estilo de Pepe Carvalho y, por último, hasta guardias civiles supuestamente involucrados. La Dirección General de la Guardia Civil confirmó ayer que ha abierto una investigación interna para depurar responsabilidades después de que la policía identificase a dos miembros de la Benemérita que supuestamente estaban haciendo un seguimiento al presidente de Endesa, Manuel Pizarro, según informó ayer elconfidencial.com.
La Guardia Civil inició la investigación el mismo día en que se produjeron los hechos, el pasado 20 de febrero, después de que tanto la policía como los servicios de seguridad de Endesa informaron de lo ocurrido. Según los datos que aportó ayer elonfidencial.com, los dos agentes, el sargento primero Antonio Gardía Martín y el cabo Javier Fernández Gallego, fueron interrogados tanto en dependencias de la policía como del Instituto armado.
Los dos guardias civiles negaron, en sus respectivas declaraciones, estar realizando seguimiento alguno y aseguraron que su presencia en las cercanías de la sede central de la eléctrica, en el Recinto Ferial Juan Carlos I, de Madrid, fue fruto de la visita que iban a realizar a un amigo común que trabaja en un hotel cercano y con el que iban a tomar «un café».
De hecho, según ha podido confirmar EL MUNDO, los dos guardias civiles estaban fuera de servicio y, concretamente, uno de ellos está de baja por sufrir una grave enfermedad. La investigación de la Guardia Civil persigue aclarar si realmente los agentes realizaban un seguimiento al presidente de Endesa y si, de ser cierto, para quién trabajaban. O por el contrario se trató de una coincidencia su presencia en los alrededores de la sede de Endesa.
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