MARIA RAMIREZ. Corresponsal
BRUSELAS.-
Después de años de resistencia para mantener en manos de pocas compañías el aeropuerto londinense de Heathrow, Reino Unido empieza a ceder para abrir, con toda la UE, sus rutas transatlánticas a las compañías americanas y a las de otros Estados miembros. Según fuentes comunitarias, los ministros de los Veintisiete aprobarán mañana el esperado proyecto de liberalización de los cielos.
Tras once rondas negociadoras y al menos cuatro años de espera, la Comisión Europea y la Administración Bush pactaron a principios de marzo el acuerdo Cielos Abiertos para que las líneas aéreas de la UE -y sus filiales en otros Estados europeos y africanos- puedan volar desde cualquier punto de Europa, aunque no sea su país de origen, a cualquier ciudad de EEUU, y desde aquí a otros lugares. Las compañías estadounidenses también podrán operar rutas dentro de la Unión.
British Airways y Virgin, que controlan, junto a United y American Airlines, desde Heathrow, casi el 40% del tráfico transoceánico, presionan a su Gobierno para que bloquee el proyecto, pero, según fuentes diplomáticas, el Reino Unido no quiere quedarse solo. Como mucho, pedirá una prórroga para el aeropuerto londinense mientras se construye su quinta terminal.
Si se aprueba, Cielos Abiertos beneficiara, en particular, a las compañías que puedan explotar rutas a terceros países desde EEUU, como Iberia. La española ya se frota las manos con el futuro de su negocio hacia Latinoamérica; sus acciones se dispararon ayer casi un 9%, entre otras cosas porque la compañía será aún más apetecible para British o para cualquier empresa que intente comprarla. «Nosotros negociamos en nombre de 27 países... La situación actual era legalmente insostenible», asegura un funcionario comunitario implicado en las charlas con EEUU y que también recuerda que una sentencia del Tribunal de la UE de 2002 obliga a la apertura de los aeropuertos europeos a la competencia. British Airways y Virgin han dado indicaciones de que intentarán explotar el pacto con nuevas rutas europeas. Aun así, los británicos siguen quejándose de que Bruselas abra Heathrow, su principal baza negociadora, y no haya conseguido a cambio la mayor demanda comunitaria, es decir, la posibilidad de adquirir líneas aéreas estadounidenses.
La máxima participación que puede tener una compañía europea sigue limitada al 25%, aunque la Comisión promete relanzar la segunda fase de negociaciones dos meses después de que entre en vigor Cielos Abiertos, que podría empezar a funcionar en octubre. Si en 2009 no hay progreso en las exigencias europeas, se podrán suspender algunos derechos del pacto, como el acceso a aeropuertos para las compañías estadounidenses.
Según la Comisión, la liberalización traerá 26 millones de pasajeros más en cinco años, supondrá 12.000 millones de euros de ahorro para los consumidores y generará 72.000 puestos de trabajos a ambos lados del Atlántico. El acuerdo prevé, además, homogeneizar y agilizar las medidas de seguridad en los viajes transatlánticos.
Más información en pág. 43
|