LUIS F. DURAN
Esta sentencia es una burla». Eran las palabras exasperadas de María José Carmona, ayer, al conocer que el joven dominicano que mató a su hijo de 17 años «sólo» fue condenado a 10 años de cárcel. El presunto homicida, José Manuel M. L., alias McGrady, de 21 años, cumplirá la pena mínima establecida por el Código Penal por un delito de homicidio: una década. El fiscal había reclamado 12 años de cárcel para el criminal y la acusación particular, que solicitaba inicialmente 18 años de prisión por un delito de asesinato, pidió 15 años de internamiento.
El pasado 9 de marzo, el tribunal del jurado consideró al acusado culpable de un delito de homicidio al estimar probado que en el transcurso de una «pelea pactada» entre ambos jóvenes, McGrady, tras recibir un puñetazo de Manu, apuñaló a éste dos veces de manera «absolutamente sorpresiva», causándole la muerte.
El jurado no tuvo en cuenta ninguna de las atenuantes que solicitó la defensa de McGrady (haber consumido alcohol y drogas, entregarse a la Policía un día después y arrepentirse) y se mostró desfavorable al indulto, aunque sí partidario de una remisión condicional de la pena que se le imponga.
Para el abogado del presunto homicida, Manuel Alonso, la decisión tomada por la jueza de la Audiencia madrileña era idónea y agregó que la resolución judicial obliga a su cliente a indemnizar a los padres de Manu con 150.000 euros.
La madre de Manuel manifestó ayer a Europa Press que «está destrozada» por la sentencia. «Es una burla. Lo único que te puede recompensar en estos casos es la Justicia, y yo no me veo recompensada. La sentencia ha supuesto para mí un decaimiento. No me esperaba esto», manifestó María José Carmona. «Tampoco entiendo la decisión de la jueza», prosiguió la mujer, «que podía haberle condenado a 13 años, o a 12, que es lo que pedía el fiscal, pero no, le ha condenado a 10 años, que es la pena mínima».
Durante el juicio, el procesado reconoció ser el homicida y pidió perdón a la familia del fallecido. Afirmó que sentía «vergüenza» de sí mismo y que prefería «estar preso a mirar a la cara a la madre de Manu». «Nunca fue mi intención. No sé qué me pasó por la cabeza. Le doy mi más sincero pésame a la familia y pagaré en la cárcel por lo que hice. Mi cabeza siempre va a estar por los suelos», indicó el joven en su turno de última palabra.
María José Carmona aseguró que esas declaraciones de McGrady ante el tribunal «fueron una pantomima que le dijo su abogado que hiciera para conseguir la reducción de la pena». «Lo que dijo en su turno de última palabra fue una estrategia para que la jueza le pusiera la pena mínima. No creo que esté arrepentido por el daño que nos hizo, en todo caso estará arrepentido porque él no quiere estar en la cárcel», añadió la madre.
Además, apuntó que de la indemnización de 150.000 euros que deberá pagar el dominicano «no va a ver nada, porque el condenado no tiene dinero», y agregó que a Manu, de 17 años, «no le han dado oportunidad de vivir». «Estamos totalmente rotos. Estaba recuperándome y esta decisión me ha hundido», concluyó la madre del fallecido.
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