SERGIO PICCIONE
MADRID.-
La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Acea) se ha propuesto consensuar, antes del 30 de abril, una postura única que presentar a la Comisión Europea (CE) respecto a las emisiones de dióxido de carbono (CO2). La CE pretende que en 2012, la media de emisiones de CO2 de sus gamas sea de 120 gramos por kilómetro. Como referencia, a finales de 2005 era de 162 gramos por kilómetro y ahora se trabaja en la industria para que a mediados de 2008 sea de 140 gramos por kilómetro.
Aunque en la industria todos están de acuerdo en que son unos objetivos poco realistas, la hasta ahora monolítica Acea se ha partido en dos. Por un lado están los fabricantes franceses e italianos, y por el otro, los alemanes.
Esta división quedó patente en la reunión que los presidentes de las marcas tuvieron con ocasión del Salón de Ginebra el pasado 7 de marzo, en el que el único acuerdo al que llegaron fue el de no hacer lobby por cuenta propia.
La razón es que los fabricantes franceses (Renault y PSA Peugeot-Citroën) e italianos (Fiat Auto) han sido los únicos que habían logrado descender como media de los 150 gramos por kilómetro a finales de 2005. Por su especialización en coches pequeños, pero también por desarrollo tecnológico. Por eso se muestran poco dispuestos a la pretensión alemana de que se establezcan límites de emisiones por segmentos, que el Gobierno de la canciller Angela Merkel se muestra dispuesto a respaldar.
Por otro lado, la industria, que admite la responsabilidad del 12% de las emisiones de CO2 que se le atribuyen, no está dispuesta a asumir la disminución ella sola. Quiere que el planteamiento sea global.
Siendo realistas, todo parece indicar que la media de emisiones de CO2 de las gamas de los fabricantes europeos estará, en 2008, alrededor de los 145 gramos por kilómetro, superior a los 140 gramos a que la industria se había comprometido voluntariamente, pero que representa una importante mejora respecto a la normativa actual, que data de 1995 y que consiente emisiones de 185 gramos por kilómetro.
¿Qué puede pasar? Se espera que se mantenga la compresión que los representantes de la CE han demostrado hacia la industria en el grupo de trabajo europeo Cars 21 y que se llegue a un replanteamiento de la situación. Pero luego habrá que vencer el radicalismo del Parlamento Europeo. De todas formas, los fabricantes alemanes no están dispuestos a cambiar sus modelos. «No creo que los gobiernos vayan a cerrar fábricas de los fabricantes que no cumplan con las emisiones de CO2», ha dicho el presidente de DaimlerChrysler, Dieter Zetsche.
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