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| Las incongruencias en los hombres son, generalmente, un testimonio de su inmadurez (Ed Cole) |
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| Impresiones |
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| El Parlamento catalán sanciona las dos Españas |
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Los grupos parlamentarios de ERC e IU-ICV se quejaban ayer de no tener «noticias» sobre la tramitación de la conocida como Ley de Memoria Histórica en el Congreso, sugiriendo que podría parecer que el Gobierno al final «no la quiere». Desde luego, si Zapatero necesitaba una prueba de lo imprudente que era abrir este debate siguiendo el impulso de sus socios, la tuvo con creces la semana pasada en el Parlamento catalán, donde el tripartito logró sacar adelante su propia Ley de la Memoria Democrática con la sola oposición del PP y Ciutadans. El espíritu de esta ley fue puesto de relieve por su principal promotor, Joan Saura, en el debate, al señalar que el reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil «no puede trasladarse a todas las ideologías» porque «no se puede comparar a los golpistas con la superioridad ética de un Gobierno legítimo y democrático». Esta argumentación encierra, sobre todo, dos grandes falacias. La primera, sugerir que las miles de víctimas asesinadas por el llamado bando republicano fueron asesinadas de forma más legítima, por estar en el lado equivocado. La segunda, asumir que cuantos lucharon contra el bando franquista -anarquistas, comunistas o socialistas- lo hicieron para defender la democracia y el pluralismo. Desde luego, el error de avivar la división social por razones políticas y con un completo desprecio por la Historia se pone de manifiesto ante la otra ley que quiere aprobar el tripartito para regular la apertura de las fosas comunes en Cataluña. ¿También en la exhumación de los cadáveres se establecerá el doble rasero?
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