A Phil Spector, legendario productor musical, padre del «muro de sonido» y autor de himnos como Be my baby, podría caerle una sentencia a perpetuidad. Está acusado de asesinar de un disparo, el 3 de febrero de 2003, a la actriz de serie B Lana Clarkson.
El músico, que llegó ayer al juzgado junto a su nueva esposa, Rachel Short, tiene 66 años (Short, 26). Pagó un millón de dólares de fianza, ha despedido a dos equipos de abogados y tras hablar de un accidente trágico (la pistola se disparó... en la boca de Clarkson), afirma que fue un suicidio.
La acusación presentará el testimonio de cuatro mujeres que aseguran haber vivido situaciones similares. Los medios, entre tanto, salivan. El juicio será televisado y millones de espectadores contemplarán la inmolación de quien un día iluminó la América del baby boom. Porque Spector, antes de travestirse en sádico caniche con guardaespaldas, millonario arrogante y trasunto de O.J. Simpson, fue emperador del sentimiento adolescente.
A principios de los 70, Elvis había viajado a Alemania, los Beatles estaban por llegar y el trono del rock bostezaba. Spector inauguraba su fugaz e inmortal reinado. Compuso To love him is to know him y rebozó el invento con voces carnosas. Sus torreones sónicos, baterías multiplicadas y violines a chorro inauguraban el sonido spectoriano, definición mítica que acuñó el pop como lo conocemos.
Dotó de expresividad, dramatismo y épica los territorios juveniles; reclutó a un ejército de geniales colaboradores para su causa; lanzó a artistas como Ben E. King, Gene Pitney, las Crystals, Darlen Love, las Ronettes, los Righteous Brothers o Ike y Tina Turner, y dejó clásicos instantaneos, pura sonoridad wagneriana rebozada en purpurina y lágrimas, como He's a rebel, Spanish Harlem, Unchained melody, Da doo ron ron, River deep-mountain high o Love is all I have to give.
Tom Wolfe dijo que todo periodo contaba con un genio visionario y comparó a Spector con Comodo, Benvenuto Cellini, Chesterfield y Thomas Jefferson. Fue el primer joven multimillonario de la era rock. Hubo otros antes, pero ninguno dirigía su compañía. Cada canción que facturaba atronaba en las listas. Cuando los Beatles y los Stones, que a la postre lo arrinconaron con su visiones maduras del invento, llegaron a Norteamérica, lo agasajaban como si fuera un dios.
Hasta aquí los días de vino y rosas. Tras el fiasco de River deep... (1966) con Ike y Tina Turner, Spector juzgó que EEUU desoía su talento. Optó por la reclusión. Sólo regresaría para producir el Let it be de los Beatles, a los que obsequió con monumentales berrinches; algunas grabaciones en solitario para Lennon; el Dead of a ladie's man de Cohen y End of the century, en 1980, para los Ramones.
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Cohen recordó que Phil llegó a amenazarlo con una pistola para evitar que tocase las cintas; los Ramones terminaron hartos: los encerraba hasta la madrugada para terminar una pieza y reforzaba sus argumentos con la famosa pistola.
Entre medias tuvo tiempo para casarse y separarse de Ronnie Spector, cantante de las Ronettes, y protagonizar un culebrón indigno. Hubo acusaciones de malos tratos por parte de Ronnie y relatos espeluznantes: uno de los dos hijos de la pareja terminó viviendo entre cartones, tras contraer el sida, a sólo unas manzanas de la mansión donde el huraño y excéntrico Phil rumiaba su incomprensión. Cuando se supo que las Ronettes ingresarían en el Rock and Roll Hall of Fame (lo han hecho este fin de semana, junto a Patti Smith y REM) batalló lo imposible para impedirlo: el rencor contra su antigua esposa no caduca.
Ahora que apenas cuenta, rodeado por un séquito de abogados y rumores delirantes, resta contemplar el naufragio de Spector en los circos catódicos o desempolvar Back to mono, una de las cajas recopilatorias más arrebatadoras y reveladoras de la era rock. Ahí bulle, cronificado, el azogue de una música celestial. A fin de cuentas, como una noche explicara Juan de Pablos, si un día aterrizasen los extraterrestres, bastaría con pincharles Be my baby para explicarles qué significó aquello del pop.
LO DICHO Y HECHO
«Lo que le sucedió a esa chica fue una tragedia, como lo es todo suicidio»
1940: Nace en el Bronx, Nueva York. 1949: Su padre se suicida. 1953: La familia se traslada a Los Angeles, donde Spector toma contacto con la incipiente escena musical. 1961: Funda en California su compañía, Spector Records. 1970: Produce Let it be a los Beatles. 1977: Produce a Leonard Cohen. 1980: Produce End of the century de Los Ramones. 2003: Acusado del asesinato de una mujer. 2007: X el juicio.