Beijing despierta perezosa, indiferente. Entre sus calles, un hombre pasea tranquilo. Arranca las miradas curiosas de todo aquel que pasa por su lado. Lleva colgado en la espalda un cartel en el que se pone a la venta a sí mismo. Otro hombre, bajo un cielo azul intenso, se fotografía sobre la Muralla China.
En Francia, un hombre fotografía a mujeres encerradas en sus roles de madre, ama de casa u objeto sexual. Mezcla los retratos con poemas árabes del siglo XVI que hablan de la fecundidad.Mientras, otro reproduce objetos cotidianos con técnicas como el assamblage y el collage. Un tercero retrata en sus pinturas difusas a su hija o a Kafka.
El hombre que pasea por Beijing es Zhu Fadong, un artista chino contemporáneo que se manifiesta con la performance This person is for sale. Pretende denunciar así la precariedad laboral de quienes emigran del campo a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida. Zhu Fadong, junto a otros artistas chinos, comienza a preparar este tipo de intervenciones a principios de los años 90. Además, con sus pinturas, dibujos y fotografías desea expresar sus inquietudes sobre la transformación económica y social de la China contemporánea. Cuestiona el consumismo en el que se ha sumergido su país y lo ridiculiza con una gran dosis de ironía, usando recursos indispensables como la publicidad.
El hombre sobre la Muralla China es Cang Xin, un artista que se autodenomina chamán e investigador científico. En el proyecto Introject, Cang Xin y la artista austríaca Ona-B realizan performances en lugares emblemáticos de la geografía China.
Los franceses son Thierry Bisch, Pavlos y Assenat. El primero estudia en sus series fotográficas como Genesis o Mothers need to be sexy el papel de la mujer en la sociedad actual. Pavlos, de origen griego, artista plástico del Nouveau Réalisme de los 60, crea y transforma, por ejemplo, chaquetas o camisas plegadas en objetos irrepetibles. Etienne Assenat pinta figuras humanas efímeras, estableciendo paralelismos pictóricos entre Franz Kafka o su hija, creando un imaginario propio sorprendente.
Tomar un avión y viajar hasta Beijing para ver las performances de Zhu Fadong o las de Cang Xin es una posibilidad. O viajar en coche hasta París para apreciar la obra de los franceses, también. Aún así, desde hace un tiempo existe otra opción más asequible y accesible. Se trata de Espace Cultural Ample.
Esta galería de arte contemporáneo nació hace cuatro años. Casi a los pies del mar, en la calle Ample número 5, en el barrio Gótico, abrió la primera galería que recoge diferentes disciplinas artísticas contemporáneas de China y Francia. Por eso Bertrand Cheuvreux, uno de los directores, afirma orgulloso: «Somos la única galería en Barcelona y en España dedicada a estas artes.Aunque hay otras galerías que tienen algunas muestras, no lo hacen sistemáticamente». Sin embargo, reconoce que siempre hay mucha competición, pues el arte es «una cosa universal», más allá de los países y sus fronteras.
Bertrand Cheuvreux es director artístico de la galería junto al chileno Franco de Toledo. El director parisino llegó a Barcelona hace cuatro años y no dudó en abrir la galería cuando se le presentó la oportunidad. «Conozco Barcelona hace 20 años y siempre me ha encantado el estilo y la calidad de vida. No pude resistirme a este espacio, por eso decidí crear Espace».
Amante del arte chino contemporáneo, Bertrand Cheuvreux lo describe: «Es absolutamente fascinante. Han hecho en 15 años lo que en Europa se tardó décadas. Han aprendido la técnica del arte moderno muy rápido y, además, tienen un sentido del humor exquisito».
Cuando llegó se percató de que la escena artística de Barcelona era «muy tradicional, muy chauvinista». Además, «la gente piensa que Barcelona es muy internacional, pero en materia de arte no lo es tanto», comenta Cheuvreux. Con su mirada, separada de la escena barcelonesa habitual, vio que podía aportar un soplo de aire fresco al panorama. Por eso se decidió a importar a la ciudad creaciones antes desconocidas del arte chino y francés. También se sorprendió al comprobar que muchos artistas franceses de renombre internacional estuvieran ausentes en las galerías de arte de la ciudad. A pesar de la proximidad del país galo, creadores como Pavlos, que expone en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), eran, hasta el momento, completamente desconocidos en España.
Y para presentar todo el arte de oriente y occidente, Espace Cultural Ample se divide en tres: Loft, Dart y Off* Ample. Cada sección es un espacio y un concepto. Loft ha sido creado especialmente para el arte contemporáneo de China. Ubicado en la parte superior de la galería, recoge obras provocadoras y llenas de humor de los artistas. Se trata de creaciones figurativas y realistas de los creadores chinos.
Dart, por su parte, da cabida al arte contemporáneo francés, pero también acoge la obra de creativos catalanes y europeos.Por último, Off* Ample es una residencia de artistas. En el mismo barrio, pero unas calles más abajo (en el pasaje de la Pau), se ubica esta sección del Espace Cultural Ample. Durante dos meses, los artistas trabajan en los proyectos que luego se exponen en el mismo lugar. Off* Ample «nace para permitir otras cosas más vanguardistas», cuenta Patricia Cerezo de Paulin, la madrileña encargada de la parte administrativa de la galería, en la que está desde los inicios.
A diferencia de casi todas las galerías de arte contemporáneo creadas en los últimos años, que optaron por situarse en el barrio del Eixample, Espace Cultural Ample prefirió el Gótico, un barrio poco frecuentado por los consumidores de arte. Pero para Patricia Cerezo de Paulin no es un problema: «La gente ya nos conoce, tenemos un público muy fiel. Además ha sido toda una apuesta: el barrio es muy diferente, es precioso».
Artistas contemporáneoschinos en alza
Para no caer en la trampa de exponer sólo artistas consagrados, Bertrand Cheuvreux viaja a China entre tres y cuatro veces al año: «La primera vez que fui a China tenía una lista con artistas que quería encontrar. Encontré muchos más». El arte contemporáneo chino está en alza. Nombres como Chen Wenbo, Yin Qi o Guo Wei son de lo más conocidos en circulos internacionales. Después del furor inicial que despertó el arte chino, el mercado está realizando «una selección natural», comenta Patricia Cerezo, de las obras de más calidad. Los precios de algunas de estas obras han incrementado de 4.000 a 400.000 euros en escasos años.
Píe de foto titulada
BERTRAND Y PATRICIA. Bertrand Cheuvreux (París, 1953) y Patricia Cerezo de Paulin (Madrid, 1976) son dos de los responsables de que Espace Cultural Ample se haya consolidado en el panorama artístico de la ciudad con su peculiar selección. Él habla de lo confortable que es vivir en Barcelona y presume orgulloso de un antepasado catalán de la época de Napoleón. Ella es una madrileña de origen francés y, encantada con el aire que se respira en el barrio Gótico, comenta: «Nos gusta pensar que hemos participado de todo el cambio que se ha producido en él». / P. Z.
