«Nosotros, la sociedad civil», autoproclamó el profesor de IESE Pedro Nueno. Se refería a los casi mil asistentes que ayer llenaron el nuevo aula magna de la escuela de negocios barcelonesa, convocados por la patronal Fomento del Trabajo, la Cámara de Comercio de Barcelona y el RACC para reivindicar un aeropuerto con el mayor número de enlaces transoceánicos posibles y una red aeroportuaria descentralizada.
Se trataba, en efecto, de la élite empresarial y social de Cataluña.En primera línea, junto a los convocantes, la cúpula de La Caixa y sus participadas, con Ricard Fornesa, Isidre Fainé, Salvador Gabarró, Jordi Mercader y Salvador Alemany al frente. Detrás, el aforo continuaba presentando un aspecto de alto ejecutivo -poca incidencia femenina-, representante de la crême de la sociedad catalana.
Sólo en ocasiones muy especiales la sociedad civil convoca actos conjuntos y el futuro del aeropuerto y la adjudicación de la Terminal Sur sirvió ayer como estímulo para generar presión social.La élite económica catalana desconfía de Madrid -las últimas declaraciones del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no contribuyen a la confianza- y no se fía de la capacidad de la clase política catalana para conseguir que los intereses de Cataluña sean tenidos en cuenta por Aena, venían a decir los organizadores y asistentes, durante la celebración de un acto sin presencia política alguna, y al que tildan de «acto académico».
Aunque era el programa era el supuesto reclamo, la participación de los tres ponentes escogidos por los convocantes era un puro divertimento para la audiencia. Su mensaje era conocido y ayer el objetivo real del acto era hacer una demostración de fuerza a la que se han sumado más de 130 entidades de todo tipo, pero especialmente empresariales.
Patria y empirismo
El Catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de Barcelona, Germà Bel, puso la base empírica acerca de las bondades de la competencia entre aeropuertos para resolver su rentabilidad.El ex conseller Andreu Mas Colell, catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra, hizo gala de un discurso patriótico en el que puso en duda que Aena defienda los intereses de Cataluña.Y Nueno echó mano de la gestión y de referencias de profesionales asiáticos y estadounidenses de primer nivel para demostrar cómo se debe gestionar un aeropuerto para convertirlo en un aeropuerto con vuelos internacionales, eficiente y competitivo. Todos coincidieron en que el reto es tan difícil como posible.
Ingenioso, el profesor de IESE fue el único capaz de arrancar risas a una audiencia que ayer poco esperaba poder hacerlo cuando acudía al acto, dada la solemnidad y seriedad de la celebración.El futuro del aeropuerto de El Prat una vez concluya su última ampliación y el debate generado en torno a él se ha convertido finalmente en motivo de un pulso de la alta clase empresarial catalana contra las fuerzas políticas, y ayer, concluidos los parlamentos, se daba por hecho que el éxito de la convocatoria forzará a los poderes públicos a tener en cuenta las reivindicaciones de quienes, sobre todo, por el uso masivo que hacen de sus instalaciones, necesitan de la eficiencia de El Prat.
Y tras el acto, ¿qué? Pues el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, anunció que los convocantes crearán una comisión de seguimiento del aeropuerto de El Prat para que la manifestación de ayer no se quedará sólo en eso. Ese grupo será recibido la próxima semana por el president de la Generalitat, José Montilla.