Boadella recibió ayer la distinción de socio de honor de la asociación Ciutadans de Catalunya en un acto celebrado en un hotel barcelonés, donde se presentó la nueva plataforma, heredera de la que impulsó el partido político del mismo nombre. Al acto asistió cerca de un centenar personas. Entre ellos, el presidente de Ciutadans, Albert Rivera, los diputados José Domingo y Antonio Robles, y la candidata del partido al Ayuntamiento de Barcelona, Esperanza García, informa ACN.

En su discurso, el dramaturgo cargó contra la situación política actual, diciendo que con la asociación se pretende «una resistencia al proceso de putrefacción» que, según él, invade la política.«Desde hace tiempo», afirmó, «España ha entrado en un proceso de putrefacción», añadiendo que la situación se agrava en el caso de Cataluña.

Para él, decir que el momento actual es de «simple corrupción entre las diferentes fuerzas políticas» es hacer una «lectura superficial», y añadió que, por encima de la bronca, el fondo no aflora. Se refería a «los grandes retos que tiene España a principios del siglo XXI», que, según el dramaturgo «no afloran por ningún sitio» y quedan «diluidos por el ruido ambiental».Boadella cree que España está «afectada por una grave crisis de funcionamiento institucional, del sistema judicial, de concepción colectiva, de rigor y de empuje intelectual». Aseguró que los pensadores están «todos comprados».

El dramaturgo cree que la consecuencia de esta situación es que crece «el escepticismo» en el sistema democrático por parte de la ciudadanía. Además, denunció una «perversión del lenguaje» que incide «en el nivel de confusión que tienen los ciudadanos», con un «ridículo juego de tú más que yo y yo más que tú». «Este núcleo putrefacto ha conseguido que el ciudadano quede desactivado y se sitúe al margen de cualquier acción pública: sólo se le utiliza como carne de cañón en manifestaciones», lamentó.

Boadella dirigió sus críticas contra la izquierda, de quien considera que «se ha tirado al principio del nacionalismo» y le achacó «una actitud intolerable ante el PP». En cuanto a la derecha, dijo que «no se despega de sus ancestros» y que tiene «el inmovilismo como seña de identidad». Además, denunció que la «contaminación general» se haya extendido a estamentos como la justicia.

Sobre el nacionalismo, Boadella lamentó que «es hoy decisivo en las acciones del Estado» y que «juega con los intereses de todos».

Para hacer frente a esa situación de «putrefacción», Boadella apostó por «oxigenar» e «intentar recuperar el debate entre y para los ciudadanos».

Aparte de cargar contra la política, Boadella denunció también la actitud de los medios de comunicación, a quienes considera «un mundo cerrado en sus propios intereses». «Lo peor que le puede pasar a uno es tener razón», dijo, porque «será víctima de los medios de comunicación».

Se cebó especialmente en los medios de comunicación catalanes, a quienes comparó con la prensa de la dictadura: «Ni el vil acatamiento de la prensa del franquismo se puede comparar con el vasallaje corrupto y de consecuencias tan nefastas para la ciudadanía como el que tienen los medios de comunicación catalanes». Boadella cree que los medios catalanes «han incentivado el afán de protagonismo de los políticos regionales» y han causado a los ciudadanos «una idea absolutamente inflacionada de su importancia».

La presidenta de la asociación, Teresa Giménez Barbat, fue la encargada de abrir el acto con la presentación de la plataforma, que renace después que 15 intelectuales, entre ellos Boadella, presentaran un manifiesto el año 2005 reclamando un cambio en la política catalana, y que desembocó en la creación de Ciutadans-Partido de la Ciudadanía.

Ahora, la asociación reaparece con el objetivo de ser un espacio de reflexión política y con la voluntad de influir en el partido.

BARCELONA.- El acto de ayer en el hotel Tryp Apolo del Paral·lel barcelonés es el primero después de la refundación de la asociación Ciutadans de Catalunya, que se pretende de ámbito cultural. Formalmente, esta plataforma es independiente del partido que consiguió, contra todo pronóstico, 'colocar' a tres diputados en el Parlament tras las elecciones del 1 de noviembre. Sin embargo, la mayoría de sus miembros, unos 700 a día de hoy, son militantes. El martes, cuando se presentó en sociedad, miembros de la asociación declararon que ven aún «con falta de rodaje» al grupo parlamentario.

La presidenta de la asociación, Teresa Giménez Barbat, releyó el nuevo manifiesto, que denuncia que la sociedad actual es «tremendamente sectaria» y entra en la polémica de la lucha antiterrorista lamentando que «las víctimas del terrorismo están mucho más unidas contra sus adversarios políticos que contra sus verdugos». También hubo un mensaje de Arcadi Espada, otro de los 15 fundadores, que no pudo asistir al acto. El periodista reclamó «honor y gloria» para Boadella, «que ha sido a quien más caro ha salido su compromiso» político.