BARCELONA.-
La joven acusada de estrangular hasta la muerte a su ex novio, un pequeño traficante de drogas, afirmó ayer en su alegato final en el juicio que se celebra con jurado popular, que no cree en el sistema pero sí en los miembros del jurado, porque como ella son «gente de la calle».
En la Audiencia de Barcelona se celebró ayer la última sesión del juicio con jurado popular que se sigue contra la procesada, Carla M.F., acusada de matar a un ex novio atándole en el interior del coche las manos con unos cordeles rojos, con la excusa de proporcionarle placer sexual, y luego estrangularle tirando de una gargantilla de cuero que llevaba la víctima.
La chica, que únicamente admite que estuvo con la víctima veinte minutos en el interior del coche y que luego él se fue con su vehículo, tomó ayer la palabra para hacer un alegato final, afirmando que no cree en «el sistema», porque ha permitido que haya una «inocente» como ella en la cárcel, y sí los miembros del jurado, porque son, como ella, «de la calle».
Desde un primer momento, la defensa ha sostenido que la acusación no tiene pruebas en contra de la procesada e incluso se ha llegado a dirigir a los miembros del jurado para afirmar que la acusación se basa «en un castillo de naipes, que va a derrumbarse». En cambio, la acusación considera que es una prueba suficiente los restos de ADN de la chica en los cordeles rojos que llevaba la víctima el día de la muerte, según Efe.
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