Viernes, 23 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6305.
COMUNICACION
 
JUNTA GENERAL / El presidente de Prisa asegura que «es muy difícil ser neutral» y que tiene miedo de «las ganas de revancha» de la derecha si ésta vuelve al poder
Polanco alega que es 'muy difícil ser neutral' cuando el PP 'desea volver a la Guerra Civil'
Califica de «franquismo puro y duro» la manifestación contra la excarcelación del etarra De Juana Chaos
M. L. ATARÉS

MADRID.- «Tratamos de ser neutrales, pero es muy difícil estar de acuerdo con la acción política de algunos partidos», especialmente «en unos momentos en que los hay que desean y ven el regreso a la Guerra Civil», manifestó el presidente del grupo Prisa, Jesús Polanco, en alusión al PP durante la junta general de accionistas que se celebró ayer en Madrid.

«Es difícil ser neutral cuando a poco que digamos es recibido muy mal por los que no nos consideran sus amigos» insistía Polanco en respuesta a la intervención del arquitecto decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, Ricardo Aroca, accionista de Prisa, que lamentó que el grupo y su buque insignia, el diario El País, sean percibidos en la actualidad «como una fuente de poder partidista».

Polanco, que hasta ese momento se había atenido exactamente a su discurso escrito, no dudó en saltarse sus papeles para asegurar que en estas condiciones de confrontación política y con un ambiente que tildó de «peor» que el de la Transición, «un grupo como el nuestro, que trata de ser neutral, lo tiene muy difícil».

«Acabamos de ver una manifestación que es el Franquismo puro y duro», sentenció el magnate de la prensa española en alusión a la reciente manifestación organizada por el Partido Popular contra la concesión de la prisión atenuada al etarra José Ignacio de Juana Chaos. En su opinión, al principal partido de la oposición «le vale absolutamente todo para regresar al Palacio de la Moncloa». «Si estos señores recuperan el poder, van a venir con unas ganas de revancha que me dan mucho miedo», señaló.

No dudó el presidente de Prisa en afirmar que apoyaría a una «derecha civilizada», que si hubiera un partido «de derechas y laico, lo apoyaríamos porque es lo que hace falta en este país, un partido que entienda la alternancia en el poder como un cambio de gestión natural».

Flanqueado por su hijo, vicepresidente de Prisa y sucesor, Ignacio de Polanco, y por el consejero delegado del grupo, Juan Luis Cebrián, Jesús Polanco presidió ayer su primera junta general desde que anunciara a su delfín tras conocerse publicamente que padece una grave enfermedad. De hecho, aprovechó su intervención para hacer un repaso de sus años en Prisa y para reconocer que «gracias» a la actividad editorial, en concreto a Santillana, «pudimos llevar adelante la aventura de El País y desde éste desarrollar nuestra política de crecimiento de medios».

Relevo generacional

Con voz ronca y sin salirse una coma del guión, Polanco dedicó la segunda parte de su discurso al «inevitable relevo generacional», que «no nos preocupa», y a justificar el nombramiento de su hijo Ignacio -propietario junto a sus otros tres descendientes y a la familia de Francisco Pérez González del 64% del grupo- como sucesor que, aseguró, «reúne todas las características precisas» para ocupar la presidencia.

Cerró su discurso oficial Polanco recordando que, junto al carácter mercantil que busca el beneficio para el accionista, el grupo constituye «en muchos casos un referente moral y democrático tanto en España como fuera de ella».

La intervención de Cebrián, por su parte, se centró en valorar positivamente los resultados del grupo y de el diario El País, «cuyos ingresos por circulación apenas descendieron un 1,5%», en un entorno «difícil para la prensa diaria».

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