JAIME RODRIGUEZ
MADRID.-
«No tengo ningún pacto con Capello». Emerson Ferreira Da Rosa negó con toda la firmeza que pudo el presunto acuerdo que mantiene con su entrenador para no exponerse al público del Santiago Bernabéu. El brasileño se explicó ayer en rueda de prensa tras semanas de especulaciones y dudas sobre su entrega al club que le fichó el pasado verano. Llegó con buena prensa, currículo trabajador y trayectoria notable en la liga italiana. Virtudes olvidadas ya tras ocho meses triturando su prestigio. Él mismo reconoce el fiasco: «No estoy haciendo ni la mitad de lo que he hecho en los otros equipos».
Asumido el estropicio, el centrocampista, rostro compungido, voz triste, pidió una oportunidad ante la prensa, que lo esperaba con ansia para despejar la bruma en torno a su situación en el vestuario. «Tengo que trabajar más fuerte para hacer mucho más por el equipo. Para mí es una experiencia nueva que tengo que superar. Nunca había vivido una situación así. Tengo que superarlo y trabajar para volver a ser el Emerson de la Juventus», explicó respecto a su rendimiento. No entiende lo que le está sucediendo, él que fue campeón del mundo y motor de un equipo -la Juve - que ganó dos campeonatos consecutivos de Liga. Ahora duda de sí mismo. Nada le sale. El Bernabéu le pita, su empresa con Diarra quebró hace tiempo y los focos sólo le buscan en el banquillo. A sus 31 años pretende encontrarse de nuevo. Eso sí, con la camiseta del Real Madrid. «Yo tengo dos años más de contrato, entonces no puedo pensar en irme. Tengo que trabajar estos meses para hacer mejor mi trabajo. No puedo pensar en irme cuando aún tenemos posibilidades de ganar la Liga. Son dos meses de sacrificio para superar las dificultades», aseguró casi arrepentido.
Su último partido como titular en el Bernabéu fue el 17 de febrero, ante el Betis (0-0). Después, sus problemas físicos, las fantasmales apariciones en la lista de convocados y la falta de confianza de su entrenador le han aplastado. Dice que no se oculta, que se atreve a jugar donde sea. «No hubo pacto. El míster decide el equipo, quién juega y quién no. Es una decisión suya que yo tengo que respetar. Es un tema que para mí está cerrado. Yo nunca me he negado a jugar. Yo prefiero jugar. No soy el niño de Capello. Si lo fuera, ahora estaría jugando», deduce.
Botafogo, Gremio, Bayer Leverkusen, Juventus, Real Madrid, 73 partidos internacionales con Brasil... Sus números han quedado estancados desde que llegó a España. Aterrizó como el eje del sistema de Capello, mitad destructor, mitad pivote para el juego de ataque. Sin embargo, ha sido devorado por este neurótico Real Madrid. Y asegura que nunca se ha borrado.
«Mucha gente cree que no tengo problemas físicos, pero esto no es así. La persona que mejor puede hablar de este tema es el doctor. Capello ya reconoció que yo no tenía posibilidad de jugar, que estaba en el banquillo porque teníamos pocos jugadores». También dio una peculiar versión de aquellas imágenes, en el Madrid-Bayern de la ida, donde parecía negarse a saltar al césped. ¿No quiso jugar? «Capello habló conmigo de una situación del partido, nada más. Estaba Roberto conmigo. Con el míster siempre he tenido una relación muy buena, no voy a comportarme así».
Emerson se enteró en público de las críticas que algunos de sus compañeros le han dedicado en los últimos tiempos fuera de micrófono. Asombrado, poco a poco fue embarullándose mientras improvisaba una respuesta a un tema que, según él, desconocía. «Si son hombres, que me lo digan a mí. Son mis compañeros que me ven todos los días. Yo no lo he escuchado, por lo que no puedo hablar. Si somos compañeros, podemos decir las cosas a la cara. Si queremos ser un equipo, como dicen ahora todos, debemos hablar a la cara», añadió, ahí sí, con mayor firmeza.
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