PABLO DE LA CALLE
El casco protector, fracturado en dos partes, evitó la muerte de un joven ciclista marcado por el estigma de la desgracia. Un quiebro al macabro y depredador destino. José Joaquín Rojas (Cieza, 1985) fue atropellado el miércoles por un vehículo cuando cruzaba un paso de peatones de Alcantarilla (Murcia). La tragedia volvió a golpear a un corredor que hace una década -sólo contaba 11 años- resultó traumatizado por el fallecimiento de su hermano Mariano en un accidente de tráfico en Murcia. Mariano era el ciclista más prometedor de su generación, con 21 años ya había destacado como escalador y contrarrelojista en el Tour de Francia y muchos le veían como sucesor de Miguel Indurain.
Mariano era el ídolo y modelo de José Joaquín, un brillante corredor en categorías inferiores, formado bajo la tutela de Manolo Saiz y que ahora milita en el Caisse d'Epargne de José Miguel Echavarri debido a las consecuencias de la operación Puerto. Los expertos le auguran un excelente porvenir. Este año ha destacado en Mallorca, ha vencido en la Vuelta a Murcia y se prepara para ser un solvente clasicómano. Le apasionan la París-Roubaix y la Vuelta a Flandes. Sus triunfos siempre van dedicados al hermano desaparecido.
El miércoles, como un nefasto boomerang, el drama retornó a la familia Rojas, cuando un vehículo arrolló a José Joaquín poco después de finalizar una sesión de entrenamiento. El corredor, que estaba acompañado por un primo suyo, fue embestido brutalmente, produciéndole varias heridas y un traumatismo craneoencefálico. El ciclista fue trasladado a un hospital, donde le practicaron las primeras curas. Las pruebas realizadas en la tarde de ayer determinaron que tiene dos fisuras en sendas vértebras lumbares. Guardará reposo durante tres días en su propio domicilio, por lo que mañana no disputará la Milán-San Remo.
«Al final, todo se ha quedado en un gran susto y en un accidente muy aparatoso, porque al golpearme el coche, la bicicleta quedó destrozada y salió despedida unos 20 metros. No sé cómo pudo ocurrir, porque yo pasaba por una calzada muy amplia, creo que de cuatro carriles... Dentro de lo que cabe, puedo estar agradecido», confesó ayer José Joaquín Rojas, que recuerda que el conductor era un joven de unos 30 años.
El accidente de Rojas -en lo que va de temporada ya ha sufrido cuatro caídas- alarmó a todo el equipo del Caisse d'Epargne, y el director Eusebio Unzúe advirtió de que el ciclista salvó la vida gracias al protector: «Esta vez, el casco cumplió con su misión y evitó una desgracia». Su opinión coincidió con la del doctor Emilio Esparza, que atendió al ciclista instantes después de sufrir el percance. «El casco, que acabó partido en dos, le salvó la vida. Él nunca perdió el conocimiento y se le trasladó a su domicilio», dijo el galeno sobre un corredor maltratado por el destino.
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