Viernes, 23 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6305.
ECONOMIA
 
PULSO ENERGÉTICO / La empresa italiana y la familia Entrecanales pactan una operación conjunta para desplazar a E.ON / La oferta, valorada en 44.500 millones, no se materializará hasta después del 29 de marzo
La CNMV decide suspender la cotización de Endesa ante una inminente OPA de Enel y Acciona
J. T. DELGADO / C. SEGOVIA

MADRID.- Enel y Acciona ultiman un pacto para lanzar una OPA por Endesa a 42 euros por acción. El objetivo es hacerse con el control de la compañía cuando expire la oferta de E.ON, el próximo jueves 29. Para no vulnerar la normativa de los mercados, las dos compañías no ejecutarán la decisión hasta que concluya el periodo de aceptación de la propuesta alemana. El plan de asalto ha sido diseñado en las últimas horas. Prueba de ello es que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tuvo que decidir la interrupción de la cotización de la eléctrica bien entrada la noche de ayer. Sigue en

A las 21.04 horas emitió un comunicado firmado por su presidente, Manuel Conthe, y el director general de Mercados, Angel Benito. El documento avanzaba la decisión de «suspender cautelarmente y con efectos inmediatos» la negociación «hasta tanto no se esclarezcan las noticias de que Endesa pueda ser objeto de diversas operaciones corporativas, bien por parte de Enel de forma individual, o conjuntamente con Acciona».

Según fuentes conocedoras del acuerdo, la constructora española y la eléctrica con sede en Roma están dispuestas a ofrecer hasta 42 euros por cada acción de la compañía presidida por Manuel Pizarro. La oferta mejora en 3,25 euros la OPA de E.ON y supera en 3,35 euros la última cotización en Bolsa. Enel y Acciona están valorando el 100% de Endesa en casi 44.500 millones de euros. E.ON está dispuesta a pagar 41.000 millones, 80 millones por encima de la capitalización bursátil al cierre de ayer.

Entre los términos del pacto, figuraría también el reparto de poderes en la cúpula de Endesa. Acciona sería la encargada de nombrar al presidente, mientras que Enel designaría al consejero delegado. Esta distribución satisfaría los deseos de Moncloa, ya que el puesto más visible de la eléctrica permanecería en manos españolas y habría una empresa nacional en el núcleo duro.

Acciona y Caja Madrid -siempre que esta última no acuda a la OPA de E.ON o a la nueva hispano italiana- aportarían el capital nacional a la nueva Endesa. El otro paquete mayoritario estaría en poder de Enel, un socio que cuenta con el beneplácito del propio presidente del Gobierno. No en vano, la entrada en la multinacional en el capital de Endesa pudo ser pactada en la reciente cumbre de Ibiza entre José Luis Rodríguez Zapatero y el primer ministro italiano, Romano Prodi.

Fuentes próximas al acuerdo aseguran que la operación respeta la legislación vigente, puesto que no entorpecerá la oferta del grupo germano. Dicho de otro modo, los accionistas de Endesa que deseen vender sus títulos a E.ON podrán hacerlo libremente en los próximos siete días. Otra cosa bien distinta es el efecto que el anuncio pueda tener sobre los accionistas, que podrían cambiar de opinión y guardarse sus títulos a la espera de un mejor pagador. Éste es el asunto más espinoso de la operación hispano-italiana, que promete una nueva polémica en torno a la larguísima batalla por Endesa.

La inició Gas Natural el lejano 5 de septiembre de 2005. E.ON contraatacó en febrero del año pasado. Ahora, 11 meses más tarde, dan un polémico paso al frente, de forma totalmente inesperada, Acciona y Enel.

El pacto contra el grupo alemán es el fruto del entendimiento entre el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, y el consejero delegado de Enel, Fulvio Conti, que ayer se encontraba en Madrid. Y, a juicio de los analistas consultados, puede suponer la puntilla para la ya de por sí debilitada OPA alemana, tras un año de continuas embestidas.

La más reciente la acometió la propia Enel. Es la última empresa que ha entrado en escena para obstaculizar a E.ON, con la compra del 24,9% del capital de Endesa. Desde que decidió plantar cara a Gas Natural y se incorporó a la puja, la multinacional alemana siempre ha tenido un mismo talón de Aquiles. Los estatutos de la eléctrica limitan al 10% los derechos políticos, con independencia de la participación que tenga cada accionista. Y para suprimirlos es necesario acaparar, como mínimo, el 50,01% del capital.

Desde el principio, E.ON pensó que una buena proposición económica bastaría para hacerse con una participación más que suficiente para dinamitar los blindajes. El 21 de febrero, lanzó su contraopa por 29.000 millones de euros, un 29% superior a la de Gas Natural y -lo más importante- totalmente en efectivo.

Seis meses más tarde, volvería a hacer frente con su potente chequera a Acciona. La constructora anunció el 25 de septiembre su intención de adquirir hasta el 24,9% de Endesa a un precio de 32 euros por acción. Menos de 24 horas después, E.ON mejoró en tres euros el precio de Acciona. Y extendió la subida al 100% de los títulos de Endesa.

Sin embargo, la multinacional presidida por Wulf Bernotat fue sorprendida en el último instante por la entrada de un tercero, dispuesto a beneficiarse de la normativa española de OPA. La legislación vigente impide comprar más del 25% de una empresa, a menos que lance una oferta por todo el capital. Acciona lo hizo, aunque E.ON siguió adelante, confiada de que aún podía llegar con su OPA al 75% del capital. De hecho, ya tenía el compromiso de venta de Caja Madrid, propietario del 9,9% de las acciones.

Sin embargo, desdeñó la posibilidad de que un rival de su mismo tamaño intentara hacer una pinza con Acciona para dificultar la obtención del 50,01% de Endesa. El 27 de febrero, a un mes del fin del plazo de aceptación de la OPA germana, Enel dio la campanada con la compra del 24,9% del capital.

La suma de su participación y la de Acciona impedían prácticamente el objetivo de E.ON, puesto que la Sociedad Estatal de Participaciones Estatales (Sepi) controla cerca del 3% y, según todos los pronósticos, no acudiría a la OPA. La razón es obvia: el Gobierno toma las decisiones del consorcio y, desde febrero de 2006, se ha opuesto a la entrada de E.ON en Endesa.

Aun así, la empresa alemana no tiró la toalla. El pasado 6 de marzo, un día antes de presentar sus resultados anuales ante toda la prensa internacional, anunció a la CNMV su decisión de renunciar a la eliminación de los blindajes estatutarios.

El mensaje no tenía otros destinatarios que Enel y Acciona. E.ON había entrado en Endesa para quedarse y permanecería en la eléctrica sin importarle la identidad -ni la hostilidad- de los dos compañeros de viaje. Los mismos que ahora intentan dinamitar la OPA con otra oferta casi en el tiempo de descuento.

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