R. A. Corresponsal
PARIS.-
El proceso contra el Charlie Hebdo y su director era el primero que los tribunales franceses celebraban en el ángulo de colisión de la libertad religiosa y la libertad de expresión. La polémica lleva arrastrándose 13 meses de debates nacionales.
08-02-2006.
El semanario satírico francés, fundado en 1961, publica algunas de las viñetas incendiarias del danés Jylland-Posten e incorpora otras de fabricación propia. La iniciativa se convierte en un éxito comercial, con unas ventas de 400.000 ejemplares. Interior decide proteger la sede de la revista con medidas policiales.
09-02-2006.
Jacques Chirac, temiendo un rebrote de violencia islámica y una crisis diplomática, interviene para lamentar el error de agredir a la comunidad musulmana con las viñetas. Dice que Charlie Hebdo ha cometido una provocación por haber ofendido las convicciones religiosas. «La libertad de expresión debe ejercerse con un espíritu de responsabilidad», precisó el presidente.
15-03-2006.
En el contexto de un homenaje a los dibujantes de la prensa francesa, el Ministerio de Cultura se encuentra con la sorpresa de un acto colectivo a favor de los «sátiros malditos» de Charlie Hebdo. Unas semanas antes, la Gran Mezquita de París y la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia habían anunciado una querella en los tribunales por haber considerado ultrajada la sensibilidad del mundo musulmán.
08 y 09-02-2007.
El juicio comienza en un ambiente tenso, aunque la clase política francesa se decanta a favor del director del semanario satírico, Philippe Val. Testimonian a su favor François Hollande, primer secretario del Partido Socialista, y el líder centrista François Bayrou. Además, Nicolas Sarkozy, entonces ministro del Interior, remite una carta donde expresa su apoyo al semanario en nombre de la libertad de expresión. La Fiscalía recomienda la absolución de Val por entender que no hay razones para la ofensa.
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