Nació en Kansas (EEUU) en 1925 y, tras la Segunda Guerra Mundial, estudió Biología y Antropología en la Universidad de Chicago. Empezó su labor docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Misuri, y desde 1955 hasta 1970 la continuó en Chicago, como profesor y director de departamento. Después, se trasladó a la Universidad de Berkeley, en California donde ejerció como catedrático de Paleoantropología. En 1991, fue nombrado profesor emérito, cargo que detentó hasta el pasado 11 de marzo, fecha en que falleció.

Su investigación en la década de los 50 le condujo a especializarse en el estudio de los neandertales, pero pronto supo romper las rígidas barreras que la investigación actual impone a los especialistas en evolución humana y prácticamente abarcó con éxito académico los mayores campos de la investigación de la hominización. Trabajó en Africa, Europa y Asia. Se caracterizó por ser uno de los primeros artífices en organizar equipos multidisciplinares que acogieran expertos en Paleontología, Arqueología y Geología de diversas nacionalidades.

En la década de los 60 fue codirector del equipo internacional que trabajó en el río Omo, al sur de Etiopía, que abrió las puertas del país africano a la investigación del origen del ser humano. Ello resultó decisivo, ya que Etiopía es uno de los paises más prolíficos en fósiles del proceso de hominización y la región elegida fue el lugar donde pocos años después se descubriría a Lucy, un famoso fósil de una hembra de australopithecus afarensis.

Howell fue un gran conocedor de la arqueología prehistórica española, ya que desde 1961 hasta 1963, y luego entre 1981 y 1983, fue codirector de las excavaciones de los famosos yacimientos del Paleolítico inferior de Torralba y Ambrona, en Soria. Bajo su dirección se excavaron amplias áreas de estos yacimientos cuya publicación en forma de memoria arqueológica ha quedado truncada con su desaparición.

Afortunadamente, las excavaciones emprendidas desde la década de los 90 hasta la actualidad, dirigidas por Manuel Santonja, del Museo Arqueológico regional de Madrid, y Alfredo Pérez-González, de la Universidad Complutense, han suplido esa carencia aportando renovada información que nos ayuda a comprender estos importantes yacimientos y que ponen de relieve la gran labor realizada por el equipo Howell en ellos.

Era un visitante habitual en los círculos académicos españoles. En octubre de 1994 fue invitado honorífico y moderador de un seminario celebrado por el CSIC en la residencia de Estudiantes en Madrid, con motivo de la importancia de los descubrimientos de Atapuerca. En 1995 volvió a visitarnos como invitado de uno de los cursos de verano de la Universidad Complutense celebrados en el Escorial sobre Registros fósiles e Historia de la Tierra, y más tarde, como participante en el Congreso de Orce celebrado en Granada en el mismo año.

En la década de los 90 trabajó en varios sitios, destacando Turquía y Etiopía. Su investigación ha sido una plasmación de su filosofía pluridisciplinar y gran formación humanística, incluyendo estudios paleontológicos sobre el Mioceno y el origen de la evolución humana, hasta proyectos de investigación arqueológicos como los de Torralba y Ambrona.

A pesar de haberse retirado de la docencia, Howell se mantuvo muy activo en varios frentes hasta la actualidad. Era miembro de la Academia Nacional de Ciencias, y recibió el premio Charles Darwin de la Asociación Americana de Antropología Física por sus logros académicos. Formaba parte, asimismo, del Centro Nacional para la Educación de la Ciencia, y fue muy activo en la divulgación de la Paleoantropología y la evolución humana, en especial en su Estado natal, donde en la década de los 90 se decidió revisar el curriculum de la educación primaria y secundaria y reducir el margen de influencia de la teorías de evolución a favor de las ideas creacionistas.

Su legado es impresionante y sus efectos en el estudio de la evolución humana han de vencer al transcurrir del tiempo. Los que le conocimos podemos decir que con él desaparece uno de los grandes.

Francis Clark Howell, paleoantropólogo, nació en Kansas (EEUU) en 1925 y falleció en Berkeley (California, EEUU) el 11 de marzo de 2007.