Lleno absoluto en clase de catalán para principiantes.Casi veinte adolescentes alemanes, invitados a dedo en los pasillos, aprendieron ayer a decir: «Hola, em dic Johanes i sóc de Leipzig».También aprendieron el significado de 'cervesa' y un abecedario en el que, curiosamente, faltaba la letra ç.
Cada día, el Institut Ramon Llull (IRL) imparte una lección básica de la lengua para que el público de la Feria de Leipzig se familiarice con ella. Algunos no lo necesitan. Actualmente existen 33 universidades alemanas en las que se enseña el catalán. En España sólo hay 11 fuera de Cataluña. Por eso, el director del Ramon Llull, Josep Bargalló, ha decidido tomar cartas en el asunto, y la institución ya se ha puesto en contacto con las universidades en las que se estudia Lengua o Románicas para que incorporen el catalán en su programa. Se prevé que los acuerdos se cierren durante el curso 2007-2008.
Asesoramiento
Asimismo, el Institut ha ofrecido asesoramiento a aquellas universidades que ya imparten esta lengua, entre las que se cuentan las de Salamanca, San Sebastián, Zaragoza o Compostela. De hecho, tanto la de Granada como la de Alcalá de Henares tienen convenios con el IRL y mantienen una comunicación fluida con iniciativas en común.
El proyecto es independiente al Instituto Cervantes, con el que el Ramon Llull tiene otro tipo de acuerdos. En total, ahora mismo hay 159 universidades en todo el mundo donde se enseña catalán.Alemania es el país que tiene más lectorados, con 1.800, lo que lo convierte en el lugar europeo donde más se estudia el idioma, sólo por detrás de aquellas áreas en las que éste es cooficial.
Aun así, entre los curiosos que ayer se acercaban al estand del Ramon Llull, había quienes contestaba con un: «Corridas y Andalucía» cuando se les preguntaba qué sabían sobre la cultura catalana.Otros, que ya habían hecho los deberes, mencionaban la Sagrada Família y Dalí. Y hubo incluso un empollón, que dijo: «Sé que el catalán no es un dialecto».
Con el objetivo de que nadie se presente a la próxima Feria de Frankfurt con flamenco en la cabeza, el IRL ha organizado un despliegue de actos que tendrán lugar en más de 80 ciudades alemanas y en los que se dará a conocer los autores catalanes, tanto literarios como de otras disciplinas. Además, según la comisaria de la cultura catalana, Anna Soler-Pont, se ha ofrecido a todos los centros de secundaria una clase en catalán similar a las que se están dando estos días en el estand de Leipzig. La entidad ha hecho esta propuesta a casi 5.000 institutos que tienen el castellano como segunda lengua opcional. «Con la respuesta de un 1% ya nos hubiéramos dado por satisfechos», decía ayer Soler-Pont. Han solicitado estas clases 63 centros. Así que el IRL enviará a Alemania 50 profesores, que introducirán el catalán, si no en la vida de los estudiantes, sí en una de las horas de su vida.
De libros, castillos y el cumpleaños de Günter Grass
Pese a que el estand del Llull no es uno de los más visitados de la Feria de Leipzig, tanto la clase de catalán como la presentación del libro de Empar Moliner que se hizo después gozaron ayer de afluencia. Unos pasos más allá, en los expositores de las editoriales alemanas, era relativamente fácil encontrar traducciones de la obra de Rodoreda, Monzó y Giménez-Bartlett; casual dar con el libro de Moliner; y casi imposible topar con cualquier otro catalán; a excepción de Carlos Ruiz Zafón.
Denominada «la fiesta de la lectura», la Feria del Libro de Leipzig está dedicada al gran público. Esta diferencia con respecto a la de Frankfurt, meramente editorial, se refleja en la cantidad de actos que se celebran en las cuatro alas del recinto. El que mayor expectación causó ayer fue la lectura que llevó a cabo Günter Grass, uno de los invitados de Llull en Frankfurt: se expondrán las litografías que el nobel alemán hizo de Cataluña, acompañados de algunos textos. De todas maneras, aunque se han iniciado los contactos para que el escritor esté presente en la Feria: ayer no quiso confirmarlo; por esas fechas cumplirá 80 años y dijo que estaría muy ocupado.
Estos días, la cultura catalana también se ha aventurado fuera del recinto de la feria. Si el jueves Joan Margarit dio su Paraula de jazz en el Schille Theatre (leyó unos versos en alemán que sólo una decena de asistentes entendieron), ayer resonó en el castillo de Gohliser los poemas de Til Stegmann, Montserrat Abelló, Margalida Ballester, Enric Sòria y Miquel de Palol. Este último presentará hoy la versión catalana de El jardí dels set crepuscles, antes de que se lleve a cabo una lectura de fragmentos de Rodoreda y de que la violinista Bettina Wundrak acompañe a Eduard Márquez en un acto conjunto en el Tangomanie.
