JAVIER BLANQUEZ
Escenario: Apolo. / Fecha: 20 de marzo
Calificación: ****
BARCELONA.- Canta boleros, como la Estrella de Guillermo Cabrera Infante. Pero Agnès Jaoui también canta fado, bossa nova y chanson: faltaría más que una francesa no se atreviera a cantar chanson, aunque fuera con los resultados modestos con los que inició su repertorio en el Apolo, acudiendo a Barbara. La actriz y realizadora se ha querido dar el capricho de cantar en público después de haberlo hecho en pantalla -en títulos como On connaît la chanson-, y aunque no es una vocalista profesional, ni lo pretende, como mínimo Jaoui da el pego.
Ella es consciente de eso, y ahí está la gracia de la experiencia: Jaoui sabe que, si la gente viene a verla, es por ella y su nombre, y no por su repertorio o su habilidad para cantar. Por tanto, que en Apolo el público apenas superara las cien personas no tenía por qué molestarle ni sorprenderle; era lo lógico. Su carrera se ha desarrollado en el circuito de autor, en España no es una especialmente conocida y su disco, Canta, se ha distribuido mal, a pesar de que en Francia es un superventas laureado con el Victoires de la Musique en la categoría de world music.
Y así se desarrolló una noche íntima y sosegada, entre amigos y salteada con los correctísimos comentarios en castellano de una Jaoui modesta que venía sólo a cantar y a divertirse. ¿Su voz? Limitada, pero correcta, la suficiente para aproximarse al son cubano, o a la canción portuguesa, con el resplandor suficiente para conseguir una interpretación decente, nunca asombrosa, nunca impecable, sencillamente normal. ¿Su actitud? Modesta y desenfadada: parece que esté actuando -que no sobreactuando- cuando agarra el micro y se mete en el papel que dicta la letra.
Un ejemplo claro de esa naturalidad desenfadada fue su interpretación de Historia de un amor, el bolero popularizado por Los Panchos: una canción inmortal que ya no pertenece a nadie, una canción que estará ahí siempre para todos. Agnès la hizo un poco suya, como todas las otras, y luego la dejó ahí para quien quisiera retomarla. Se quedó sólo con la belleza de las canciones. No deslumbra, pero sinceramente, se le prefiere a ella antes que a Luis Miguel o gente así.
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