Sábado, 24 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6306.
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EL FUTURO DEL NACIONALISMO / Las 'hostilidades' han quedado aplazadas hasta que se celebren las municipales del 27 de mayo / Los resultados de esos comicios pueden ser determinantes en el debate
Mas y Duran competirán por liderar la ofensiva de CiU para ser decisiva tras las generales
FÉLIX MARTINEZ

BARCELONA.- El próximo 28 de mayo, tras el análisis de los resultados electorales de los comicios municipales, se desenvainarán las espadas en CiU. Ese día la dirección de la federación nacionalista debe empezar a desarrollar la única estrategia que puede sacar a la formación del pozo tras la reedición del tripartito: convertirse en la pieza esencial para formar Gobierno en España tras las próximas elecciones generales.

El debate será duro porque, a pesar de que hay un acuerdo absoluto sobre la necesidad de ser imprescindibles para la formación del Gobierno de España, hay una absoluta división sobre quién debe liderar el proceso, según aseguran fuentes de la federación.

El liderazgo del presidente de CiU, Artur Mas, quedó seriamente cuestionado después de que en las autonómicas del 1 de noviembre, la federación se viera condenada a la oposición, a pesar de ser la fuerza más votada y la que más escaños obtuvo.

Las jubilaciones de Jordi Pujol, primero, y de Pasqual Maragall, después, han polarizado al electorado catalán. El eje del debate político no es ya entre nacionalistas y no nacionalistas, sino entre izquierda y derecha. Y, mientras la izquierda aparece unida, los dos partidos de derecha, CiU y el PP, que unidos podrían desbancar al tripartito del poder en el futuro, están enfrentados y los nacionalistas pendientes de decidir la naturaleza de su formación.

Mas cuenta con el apoyo de buena parte de la dirección de Convergència Democràtica, pero las voces críticas son cada vez más y más significativas.Sobre todo porque el presidente de CiU prácticamente ha desaparecido del debate público.

Mientras tanto, entre los sectores sociales que tradicionalmente han estado cerca de CiU, valoran muy positivamente la gestión del secretario general de la federación y presidente del comité de gobierno de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, como líder del grupo parlamentario catalán en el Congreso. En ambientes burgueses nacionalistas se considera que, desde la retirada de Miquel Roca, CiU no había contado con un interlocutor en Madrid de la calidad de Duran.

Prueba de ello es que Roca, que cuando era secretario general de Convergència Democràtica era uno de los más acérrimos enemigos de Unió y de Duran, ha prologado el último libro del dirigente democristiano, que se presentará durante la próxima semana.

El secretario general de la federación es plenamente consciente de ese estado de opinión y, a pesar de que su partido depende cada vez más económicamente de Convergència, se siente lo suficientemente fuerte como para reivindicar ser el protagonista absoluto de las negociaciones en Madrid tras las elecciones generales, tanto si el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero agota la legislatura como si opta por adelantar los comicios.

Duran cedió el papel principal de las negociaciones del Estatut con Zapatero a Mas y sus colaboradores más estrechos consideran que los resultados han estado muy lejos de las expectativas.

La idea reduccionista de que Duran quiere ser ministro con el PSOE o con el PP, parece ajustarse bastante a la realidad, pero el dirigente democristiano es plenamente consciente de las dificultades de llegar a acuerdos con ambos partidos. Con el PSOE y con Zapatero porque han demostrado tener menos fondo del que prometían y su gestión ha dejado mucho que desear. Y, con el PP, porque hacerse perdonar en Cataluña la posibilidad de que Mariano Rajoy se convierta en presidente del Gobierno se les aparece como un trabajo titánico.Trabajo que, por otra parte, le tocaría realizar fundamentalmente a un Mas debilitado en el Parlament.

La proximidad de las elecciones municipales ha aplazado el debate.La tregua entre ambos dirigentes es evidente, aunque no responda a un acuerdo formal sino a un pacto tácito. Sin embargo, Unió se siente mucho más fuerte y está planteando más conflictos de los habituales en la confección de algunas listas municipales.

Sin embargo, la acción electoral sigue siendo competencia de CDC y hay dos plazas cuyos resultados pueden decantar la balanza hacia Mas o hacia Duran: Barcelona y Tarragona. En la capital catalana, las posibilidades de Xavier Trias han quedado minimizadas tras el relevo de Joan Clos por Jordi Hereu, aunque en Convergència aún conservan la esperanza.

La retirada de Joan Miquel Nadal puede devolver la alcaldía de Tarragona a los socialistas. Sin Barcelona ni Tarragona, Mas se verá obligado a rendirse.

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