El broche a las obras lo puso la escultora Cristina Iglesias con la instalación de las puertas de bronce en la entrada principal del edificio proyectado por Moneo. Era el punto y aparte antes de que se inaugure definitivamente lo que será el Prado del siglo XXI, previsto ahora -según el último retraso anunciado por la ministra de Cultura- para el próximo otoño.

Hasta llegar a la conclusión de las obras del nuevo edificio los inconvenientes han ido surgiendo en un tirabuzón de tensiones entre las distintas partes implicadas en este gran proyecto de modernización de la pinacoteca. Fue la entonces responsable de Cultura Carmen Alborch quien anunció en 1994 la convocatoria de un concurso internacional de ideas para resolver el diseño de la ampliación.

Retraso sobre retraso

La convocatoria quedó desierta, según anunció sus sucesora, Esperanza Aguirre, ya en 1997. Y las obras se retrasaron ya de principio según el calendario previsto. Las tiranteces con la Iglesia, otra de las instituciones protagonistas en esta aventura, quedaron selladas en 1998, cuando otra de las ministras de Cultura, en este caso Esperanza Aguirre, firmó la paz en forma de convenio con el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, para que el nuevo edificio se cimentase sobre los terrenos del claustro de la iglesia de los Jerónimos y parte del atrio del templo.

En este tiempo el Prado alcanzó, también en 2003, el reconocimiento de Entidad de Derecho Público, como lo son el Banco de España o el Instituto Cervantes. Y lo consiguió con un insólito consenso en el Congreso de los Diputados, con 257 votos a favor, cuatro en contra y dos abstenciones.

Con este nuevo marco jurídico, el museo se planteó el reto de alcanzar en 2006 una autofinanciación del 50% concertando patrocinios privados.

Las obras de ampliación han superado los 120 millones de inversión. En 2005 fue necesario incrementar el presupuesto en 44,6 millones más de lo previsto inicialmente, según aprobó la Gerencia de Infraestructuras de Cultura.

A partir de ahora, será el Ministerio el que gestione el nuevo edificio, que suma 22.523 metros cuadrados a la institución, hasta la esperada apertura definitiva al público, que pronto podrá conocer por dentro el proyecto de Rafael Moneo.