Sábado, 24 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6306.
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FUTBOL / España se la juega al toque
España se la juega al toque
LA SELECCION RECUPERA EL PROTAGONISMO DE SUS CENTROCAMPISTAS MAS TÉCNICOS, PUESTO EN CUESTION TRAS EL MUNDIAL, PARA UN DRAMATICO PARTIDO ANTE DINAMARCA NECESITA GANAR PARA MANTENER SUS OPCIONES DE ESTAR EN LA EUROCOPA
EDUARDO J. CASTELAO

MADRID.- Un día cualquiera, un entrenamiento cualquiera de 1990. Johan Cruyff, gurú entonces del Barcelona, cocinaba su dream team y daba instrucciones tácticas a sus hombres. Uno de ellos levantó la mano. Preguntó: «Míster, si perdemos el balón, ¿qué hacemos?». Y el holandés se tomó unos segundos para responder: «No lo pierdan». La anécdota, masticada en los labios de Guardiola durante una concentración con la selección de Clemente en Dublín, vale como ejemplo extremo de un modo de entender el fútbol. Una vía sometida a debate en redacciones y sobremesas, casi siempre bajo sospecha. Ese camino, con matices, es el escogido por España para medir sus ilusiones de estar en la Eurocopa, puestas en juego hoy (22.00 h., TVE-1) frente a Dinamarca.

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Luis ha vuelto a creer en el balón. Pasó momentos de apuro tras el Mundial, abrumado por las críticas en la derrota con Francia. Aquel día jugaron Xabi Alonso, Cesc y Xavi en el centro del campo, con Raúl, Villa y Torres arriba, exaltación máxima de ese modo de entender el juego. La vuelta a casa prematura aplastó las expectativas generadas en el arranque frente a Ucrania, detonador de un entusiasmo por la selección difícilmente recuperable. A la vuelta de Alemania, competición ofcial, el esquema no varió (4-3-3) pero Albelda se incrustó en el centro del campo junto a Alonso y Cesc, y el futbolista del Valencia ya es inamovible. Con un dibujo más próximo a la ortodoxia, en la cita de hoy el entrenador quiere tener el balón siempre, y por eso la mayor novedad es Iniesta, que formará junto a Xavi y Silva una línea de tres para «tenerla», como dice él.

El pequeño jugador del Barça también lo tiene claro. «Es un buen camino para España. Para España y para cualquier equipo. Tener el balón es una garantía de que no te hagan ocasiones», explicaba Iniesta al final de un entrenamiento esta semana. Él es el último exponente de una filosofía con cuna en Barcelona, de padre holandés y que el fútbol patrio ha terminado por adoptar partiendo de dos preceptos de Luis: «Los futbolistas españoles no tienen condición física buena y son técnicamente superiores al resto». Algo de eso debe haber cuando Carles Rexach, segundo entrenador de aquel Barcleona, dice hoy esto: «Para el puesto de cuatro clásico en el Barça, elegíamos a los que eran muy buenos técnicamente y físicamente eran unos enclenques». Bajo esa descripción caben, pues, Milla, Guardiola, Celades, Oscar García, Cesc, Arteta, Xavi, Iniesta.... Una lista cuyo primer ejemplo, Milla, trata de enumerar las cualidades necesarias para ese perfil. «Defensivamente hay que ser muy intuitivo y estar muy bien colocado. Y ofensivamente la clave es pensar uno o dos segundos antes la jugada, y jugar a uno o dos toques».

En eso ha insistido el seleccionador esta semana. Uno, dos toques, entrega rápida, jugar de memoria, algo muy difícil de conseguir en una selección con apenas 20 días de trabajo al año. Xabi Alonso, el único de los actuales que no pasó por La Masía, incide en esto: «En España, desde que eres pequeño, te enseñan a jugar así. En los entrenamientos de las categorías inferiores se hace mucho mantenimiento de balón, partidillos donde sólo se puede tocar una vez... forma parte de nuestra cultura», explica el futbolista del Liverpool, y asiente Vicente del Bosque, muchos años a los mandos de la fábrica del Real Madrid. «No hay una explicación concreta de por qué hay tantos centrocampistas y tan buenos en España. Es difícil. ¿La cantera? Hombre, sí se trabaja con ella en ese aspecto. Pero de nada te sirve poner a un niño frente a otro y que se pasen el balón, porque eso no se puede trasladar al juego. Lo que sí hay que hacer es hacer equipos, pedirles que jueguen a un toque, que mantengan el balón, partidos sin porterías...».

Centrocampistas. Tener la pelota en el lugar donde se cocina el fútbol. Un camino en retroceso, a juzgar por las palabras de Míchel, entrenador del filial del Madrid y actual responsable de la cantera blanca. «El problema es que los equipos se protegen, en la mayoría de los casos, con un doble pivote defensivo y luego una línea de tres mediapuntas. Eso hace que la transición defensa-ataque sea muy rápida, sin pararse demasiado a pensar». Según él, el Barcelona de Rijkaard está haciendo «mucho bien» al fútbol porque no esconde su propuesta, y en los últimos tiempos ha tratado de extremarla por si había alguna duda. Y de nuevo la figura clave es Iniesta. El holandés coquetea estos días con el 3-4-3 y un único objetivo: hacerle un hueco a Iniesta. No salió bien el experimento ni contra el Liverpool ni contra el Real Madrid, y parece que regresará al orden que le ha venido dando resultados y halagos.

Hay quien piensa, no obstante, que no sólo el Barça camina por ese sendero. Cesc, otro internacional que esperará hoy su oportunidad en el banquillo, ofrece hasta números. «Yo en mi equipo toco una media de 70-80 balones por partido. Mi compañero, otros tantos. Ya son 150-160 pelotas que pasan por los mediocentros en cada partido», sostiene el futbolista del Arsenal, junto al Tottenham, los dos únicos equipos ingleses que tratan de ofrecer algo distinto en las islas. «Es que no hay más opción», concluye Luis ante sus íntimos. Y un vistazo al resto de selecciones le concede la razón. Ni siquiera Brasil ofrece una nómina de centrocampistas similar. De hecho, en la última convocatoria de Dunga sólo Kaká podría entrar en esa categoría donde están Xabi Alonso, Iniesta, Cesc, Xavi o Silva, el jovencito del Valencia que se ha hecho fijo también con la pelota en los pies, asociándose mucho, de nuevo, al molde de centrocampista español.

Tampoco se encuentran jugadores así en Inglaterra (Lampard, Gerrard y Heargraves son diferentes, con más potencia, más llegada, pero menos toque) o en Italia, o en Francia... tampoco en Argentina (Riquelme si acaso). «Si es lo único que nos distingue sería absurdo no aprovecharlo», cierra Xavi, apoyado, de nuevo, por Míchel. «Ése es uno de los caminos, quizá el que mejor convenga a los jugadores de los que dispone hoy España. Hay que acercar el balón a Cesc, Iniesta, Xavi... y que eso, junto al equilibrio que puede aportar Albelda, sea el sendero a seguir». El que hoy seguirá España.

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