«Nuestro Eto'o no es Villa, es Albelda porque es el que más resume nuestro estilo de juego». Esta sentencia de Quique Sánchez Flores resumía el gran contratiempo que para el madrileño entrañaba la grave lesión de su capitán cuando un 22 de octubre se rompía ante el Osasuna en Mestalla. Y en efecto, fue romperse Albelda y el Valencia no volvió a ganar un partido durante los siguientes siete compromisos. Regresó al mes y medio y el equipo, como Lázaro, se levantó.
David Albelda (Pobla Llarga, 1977) no es un super héroe, pero tanto su liderazgo como la filosofía de juego que representa -muchas veces criticada por ser más oscura que brillante- son cruciales en cualquier equipo.
Luis Aragonés lo sabe mejor que nadie y, ajeno a los recurrentes debates que siempre surgen cuando la selección agoniza, sobre si es mejor apostar por el músculo o por los jugones, pone la mano en el fuego por Albelda, consciente de que ha de ser uno de los pilares que enderece el tortuoso rumbo que ha tomado el equipo nacional.
El valenciano hubiera deseado, seguro, que esa fe incondicional que ahora airea Aragonés la hubiera mantenido en el Mundial de Alemania, donde, incomprensiblemente, se lo cargó de la titularidad en dos de los tres partidos de la primera fase, después de haber sido un fijo en la clasificación.
Albelda jugó completo el partido ante Arabia Saudí (1-0) y salió en la segunda mitad frente a Ucrania (4-0). Ante Francia, en los más tristes octavos de un Mundial que se recuerdan, calentó banquillo. Volvió a casa más cabizbajo que el resto, preguntándose si Aragonés había cedido a la fuerte presión mediática que apostaba por el famoso tiqui-taca.
Pero lo escrito. En tiempos de necesidades y agobios, como así se presenta el partido de esta noche contra Dinamarca, es cuando los técnicos se acuerdan más que nunca de la figura de Albelda, un valor seguro en una parcela que domina palmo a palmo.
Barre el centro del campo como nadie; ordena la línea si ve a alguien fuera de sitio; sabe marcar el tempo del partido y, además, imprime y contagia al resto el carácter ganador por el que es respetado en el vestuario. Un líder, en definitiva. Algo que echa en falta esta selección, plagada de futbolistas de gran calidad, sí, pero propensos a derrumbarse en cuanto la situación se tuerce un poco.
Eso es, de alguna forma, lo que le pidió Luis Aragonés en la última charla que mantuvieron el pasado martes. Camino de los 30 años, el valencianista debe hacer valer su veteranía sobre los más jóvenes, como Iniesta, Xavi y compañía.
No le costará mucho trabajo. En su club lleva ejerciendo esas funciones desde hace años y esta noche, si cabe, en el decisivo duelo frente a Dinamarca, lo tendrá un poco más fácil, ya que el eje central de la selección es el del Valencia, que aporta seis jugadores. Con la única duda de si Luis Aragonés contará o no con Angulo, el resto, además de Albelda, harán pleno: Marchena, Silva, Villa y Morientes.
Instalada provisionalmente en la desgracia y con su clasificación para la Eurocopa en el aire, España se agarra a cualquier estímulo que le ayude a ganar. Albelda, pese a no gozar de las simpatías de un sector de la prensa -cada vez más reducido-, puede ser el complemento ideal para arreglar, a última hora, el triste caminar de la selección. En el último amistoso, ante Inglaterra en Manchester, donde Luis Aragonés le concedió el mando -también hubo charla en la previa-, Albelda fue uno de los grandes destacados de aquella victoria por la mínima.
Coincidencia o no, los números que avalan la importancia de Albelda en el Valencia -que sorprendentemente le ha hecho un desprecio a la hora de abordar su revisión contractual- también se alían con él cada vez que se ha enfundado la roja.
Desde que debutó ante Liechtenstein (5/9/2001), con victoria por 0-2, Albelda ha disputado un total de 41 encuentros con un balance de 27 triunfos, 11 empates y tan sólo tres derrotas. La más dolorosa, la sufrida en los cuartos de final de la Eurocopa de Portugal 2004 ante el anfitrión.
MAYORIA DEL VALENCIA
ALBELDA
Aragonés le concederá el mismo rol que tiene en el Valencia, donde es líder indiscutible. Sin su concurso,
el equipo pierde mucha personalidad
MARCHENA
Destaca como medio centro en la que está siendo su mejor temporada en el Valencia, aunque el seleccionador, por necesidad, le devolverá a la posición de central
ANGULO
La principal virtud del asturiano, además de ser un perfecto comodín por su polivalencia, es el físico, lo que le permite tener gran recorrido en la banda derecha, donde mejor se mueve
SILVA
A los pocos meses de debutar con el Valencia, ya nadie se acordaba de Aimar. El canario está triunfando como interior zurdo, pero no rehúye las diagonales ni el disparo a puerta
VILLA
En los escenarios europeos es donde más se crece, como certificó ante el Inter en Milán al anotar un soberbio gol. En Liga no marca desde finales del mes de enero
MORIENTES
Casi siempre oportuno y eficaz. No tiene límite el delantero extremeño, recuperado para la causa de la selección y que forma con Villa una de las mejores sociedades en Europa