JESUS ALCAIDE
MADRID.-
Caen bien los daneses porque tienen la sana costumbre de perder casi siempre con España y porque el único título que conquistaron, la Eurocopa del 92, les cayó tras haber sido invitados al torneo por la exclusión de la antigua Yugoslavia y después de haber disfrutado de vacaciones en la playa. Muchos manuales quedaron hechos añicos con el triunfo de unos tipos que ni siquiera se habían concentrado porque no pensaban participar. Ahora, en el momento decisivo para la España más dubitativa, no vendría mal mantener los antecedentes. La Roja se ha impuesto a la dinamita danesa en nueve de los 14 enfrentamientos anteriores. Tres empates y sólo dos triunfos escandinavos completan el círculo. Ya firmaría Luis el último resultado, 2-0 en un amistoso en Gijón en marzo de 2004 con goles de Morientes y... Raúl. O el inicio de todo, el 1-0 en el primer partido de los Juegos de 1920. O cualquiera de los éxitos históricos de la selección española en momentos clave.
La gesta de Arconada (1984).
En la Eurocopa de Francia jugó la mejor selección danesa de la historia, superior incluso a la que ganó el torneo ocho años después. Por ahí andaban Laudrup, Elkjaer Larsen, Lerby, Arnesen y otras estrellas que se toparon ante los reflejos y la potencia de piernas del portero de la Real Sociedad. Arconada lo detuvo todo en la semifinal y mantuvo con vida a su equipo con algunos vuelos inverosímiles. El 1-1 final (Maceda y Lerby) condujo a los penaltis ganadores para la España de Miguel Muñoz, que acabó perdiendo la final con la Francia del gran Michel Platini.
La gloria de 'El Buitre' (1986).
Dos años después, Dinamarca seguía siendo grandiosa. Llegó a octavos del Mundial de México tras aplastar en su grupo a Alemania (2-0) o Uruguay (6-1). España era un obstáculo aparentemente menor para un equipo al que incluso se situaba en la final. No se contaba con la noche de gloria de Butragueño, autor de cuatro goles en una hazaña que sirvió para que en La Cibeles se pidiera su traslado a La Moncloa como presidente del Gobierno. El 5-1 final sorprendió al mundo, pero España fue frenada en cuartos por Bélgica.
La noche de Hierro y Bakero (1993).
Sevilla acogió un partido aún más dramático que el de hoy. Dinamarca, campeona de Europa, necesitaba empatar para ir al Mundial de Estados Unidos. A España sólo le servía ganar. La expulsión temprana de Zubizarreta dejó al equipo que entonces dirigía Javier Clemente con 10 jugadores. Cañizares, relevo en la puerta, detuvo la avalancha de los nórdicos y mediada la segunda parte, una clara falta no pitada de Bakero al meta Schmeichel dejó vía libre al gol decisivo de Fernando Hierro. La tradición se mantenía.
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