Para limitar los daños, las medidas de seguridad se han extremado, aunque los jerezanos se mantengan incrédulos. «Es una locura, es imposible controlar a tanta gente», apunta José, un taxista consciente de que durante la mañanas de hoy y de mañana, su coche no acepta trayectos al circuito, una trampa de cuatro horas de atasco en apenas ocho kilómetros de la ciudad del fino y los caballos.

La Dirección General de Tráfico (DGT) prevé 310.000 desplazamientos a Jerez y que unas 55.000 motos se den cita en la ciudad andaluza (las 30.000 plazas hoteleras de la provincia están ocupadas). El dispositivo se activó ayer por la mañana, con efectivos de la Guardia Civil controlando en todo momento las carreteras en los principales ejes viales del país y con más de 600 agentes velando por la seguridad en el circuito. El plan de Seguridad también contempla 18 helicópteros con visión nocturna para vigilar los puntos que históricamente han registrado mayor densidad de tráfico, 78 radares -sólo en Andalucía-, y 19 puestos para la realización de controles de alcoholemia.

No sólo en las carreteras está el peligro. Uno de los mayores quebraderos de cabeza de la organización es dónde meter la cada vez más grande cantidad de motos que llegan al circuito, ya que este año, con el montaje de una nueva grada de 2.700 asientos, se alcanzará el récord de 133.862 aficionados. Se han habilitado 12 hectáreas más destinadas a zonas de servicio, lo que supondrá un extra de unas 12.000 plazas de aparcamiento, más del doble de las que había hasta el pasado año (8.000). También las carreteras de acceso al circuito son motivo de preocupación. Desde las 0.00 horas del domingo todas las vías de llegada (salvo una de emergencia, novedad de este año) tendrán un solo sentido, el que lleva hasta las curvas del Gran Premio de España. A partir de las 12.00 horas, arranca el plan de evacuación, con lo que se invierte el sentido: todos fuera.

Y por último, lo más complicado, intentar evitar las famosas gincanas (calles cortadas en las que los moteros dan rienda suelta a su locura). Para ello, se ha suprimido la que todos los años se celebraba en la Avenida Alvaro Domecq y se han organizado planes alternativos como los conciertos de M-Clan y Julieta Venegas. En definitiva, intentar «poner coto al desmadre», como lo definió la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez.