Hoy es viernes y hay más tráfico...; la gente aún no se conoce el by pass sur...; hay muchos curiosos...», se justificaban ayer desde el Ayuntamiento. Sea por lo que fuere, la realidad es que el túnel más largo de Europa no pudo evitar los colapsos del tráfico el día de su inauguración. Vamos, que era como una casa nueva con goteras. Fue tal el embotellamiento que incluso hubo que cerrar intermitentemente la salida a la glorieta de Pirámides para evitar las retenciones en el interior del túnel. De hecho, intentar tomar a las dos de la tarde, en plena hora punta, ese acceso era imposible. La idea era que los conductores recorriesen sus 7,5 kilómetros de longitud en un abrir y cerrar de ojos. La entrada está situada en la A-3, a la altura de Conde de Casal, y llega hasta el estadio Vicente Calderón. Si de lo que se trataba era de desterrar los embotellamientos en sentido sur, ese objetivo ayer no se cumplió y eso que las obras han costado 756 millones. Es decir, que cada kilómetro ha salido por 100 millones.
Si bien en hora punta fue una locura el asunto, la cosa no mejoró mucho más a las cinco de la tarde. Hay que reconocer que el trayecto se hace sin complicaciones aunque para entrar hay que estar un poco avispado, ya que si no hay muchas posibilidades de no hacerlo. Una vez en el interior todo es muy amplio. Algunos de los conductores no podían disimular ayer su despiste y no dudaban en pisar el freno aminorando la marcha para tomar la dirección correcta. En poco menos de cinco minutos uno se coloca a la altura de las señalizaciones hacia la A-6, la plaza de España y la glorieta de Pirámides y acceso a Marqués de Vadillo.
La velocidad lenta de los coches ya avisaba de que algo ocurría hasta que por fin los coches situados en el carril derecho se pararon. El motivo, querían salir por Pirámides. Esto provocó que en el carril izquierdo próximo se crease una segunda fila de turismos que también querían tomar ese desvío. Mientras, en el tercero, la marcha se ralentizaba. En un momento dado, la paciencia desapareció y empezaron las malas caras y los golpes de claxon. El origen de tanta frustración, el semáforo de la superficie de la salida de Pirámides.
De hecho, desde la Casa de la Villa se mandó a un ejército de agentes de la Policía Municipal y de Movilidad para controlar el tráfico en la glorieta, ya que era un caos. Hubo quien tuvo suerte -pónganle muchas comillas, ya tuvo que esperar lo suyo- y consiguió salir por ahí, pero otros, después de la espera, se topaban con una fila de conos que les cortaba la salida. Desde el Consistorio explicaban que se habían visto obligados a hacer esto para descongestionar el tráfico de la superficie. Entretanto, informaba a través de los paneles que penden del techo del túnel de la densidad circulatoria, pero fue inútil.
Una vez frustrada la salida, la decisión más generalizada fue continuar la marcha. Pero el desconcierto volvía a apoderarse de los conductores cuando se unía el final de ese tramo con el otro túnel que discurre paralelo al río en sentido norte. En ese instante el caos era total, ya que los que antes querían tomar Pirámides, clavaban ahora sus ojos en la salida de Virgen del Puerto y para ello tenían que cruzar la vía de lado a lado. Pese a la cantidad de agentes que se distribuyeron por Virgen del Puerto y Puente de Segovia, no se pudo evitar el embotellamiento.
Otra de las argumentaciones que dio el Ayuntamiento para justificar el colapso de esa zona fue que mucha de la gente que tomó el enlace norte del by pass sur tenía la intención de llegar hasta la carretera de Andalucía o la de Toledo pero ése no es el problema. De hecho, sólo se puede tomar la carretera de La Coruña y la de Extremadura. Esto explicaría el atasco de Pirámides, ya que querían llegar hasta Marqués de Vadillo para tomar esas carreteras.
Por la mañana, el alcalde aseguraba que este nuevo túnel permitiría eludir los atascos y reduciría a cuatro minutos los 30 que antes se empleaban en realizar ese trayecto. Por lo demás, la infraestructura es colosal. Cuando estén abiertos los dos túneles del by pass, las nuevas infraestructuras absorberán 80.000 de los 260.000 vehículos que cada día se dirigen hacia el sur de la M-30. Traducido a kilómetros, unos 120.000 cada día, según precisó el director general de Infraestructuras, Manuel Arnáiz.
A lo largo de todo el trazado existen siete salidas de emergencia que dan directamente al exterior, diez galerías, para peatones, de conexión con el túnel que discurre en paralelo y en sentido contrario, y otras seis para vehículos. Además, cuenta con 229 cámaras, 412 altavoces, 229 bocas de incendio y 63 paneles informativos. Otro de los objetivos que se persigue es acabar con la siniestralidad.
Éste no es el primer problema que el Ayuntamiento tiene con los túneles de la M-30. Hay que recordar que el enlace entre la Cuesta de San Vicente con la avenida de Portugal se inundó a las pocas horas de inaugurarse.
DE PRECAMPAÑA
El acto de ayer por la mañana tenía la envoltura de la precampaña. Todos con las sonrisas puestas, muy formales y cuidando las palabras para que 'los cuchillos', dialécticos claro, no causasen las habituales heridas. Y es que Esperanza Aguirre correspondía a la invitación de su amigo Gallardón y acudía a la inauguración de esta gran infraestructura. Todo estaba cuidado hasta el último detalle. Tan es así que incluso el cartel del atril, de color azul corporativo, tenía una esquina pintada de color naranja -caldero, para algunos-, por lo que la asociación con la estética del PP era evidente. Hubo palabras «cariñosas» de Aguirre a alcalde que éste no tuvo reparos en agradecer.
