Sábado, 24 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6306.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Hacer depender la Justicia de las convenciones humanas es destruir la moral (Cicerón)
 MADRID
Cooperación
Santa Ana Botella de Iquitos
El Ayuntamiento de Madrid financia la creación de un Samur Amazónico, dos lanchas que atenderán las emergencias de unas 3.000 personas en la zona peruana de Iquitos y que llevan por nombre Doce de Octubre y La Paz
CARMEN SERNA Enviada especial/Iquitos

La concejala de Servicios a la Ciudadadanía, Ana Botella, o «de Aznar», como la llaman en el Perú, no hace milagros pero, desde hace tres años, el dinero en cooperación de los madrileños ha transformado la vida de una de las zonas más recónditas del país andino: Iquitos, la puerta del Amazonía peruana. El agua es para los habitantes de estos pueblos la vida y la muerte. Llueve abundantemente, es una zona verde, húmeda, pero donde abrir un grifo y que el líquido sea potable es casi un milagro y en la mayoría de esta provincia es gracias a Madrid.

Publicidad
El Amazonas es su medio de transporte, su modo de vida, su seña de identidad, un lazo de unión entre indígenas y no indígenas pero también una barrera insalvable cuando ocurre una emergencia en uno de los pueblos que han nacido en un meandro, en un descanso del acuífero o encima de las aguas de este río. Por eso, los proyectos financiados por el Ayuntamiento de Madrid se han dirigido al agua: plantas potabilizadoras, lanchas de bomberos flotantes para evitar que los pueblos desaparezcan devorados por las llamas allá donde no pueden llegar los camiones cisternas por tierra y ahora, un Samur amazónico, la joya madrileña y otro milagro para Iquitos, dos pequeños hospitales también sobre el agua preparados para atender emergencias dentro del propio río y con nombres emblemáticos para la capital: 12 de octubre y La Paz. «En Madrid, el Samur ha salvado muchas vidas. Los madrileños aprecian mucho esta institución municipal», reconoció Botella durante la entrega de llaves de las lanchas.

Hasta ahora, los habitantes de los pueblos más alejados podían tardar hasta 12 horas en barca para acudir a un hospital. Con las nuevas lanchas, el tiempo se reduce una cuarta parte y encima están equipadas para atender emergencias sencillas y realizar cirugías menores. «Lo más frecuente en la zona son diarreas, enfermedades respiratorias, casos de malaria o de dengue», reconoce el doctor Paul Malcas, uno de los médicos que dirigirá el Samur amazónico.

La idea de este proyecto, en el que ha participado el Gobierno regional de Iquitos y el Ministerio de Sanidad, es que vaya recorriendo los pueblos de la orilla del Amazonas para realizar una labor de atención y prevención médica, a la vez que atienden las emergencias que le llegan vía radio. Pero sin interferir en las ancestrales costumbres de algunos de los grupos indígenas que viven en la zona: «Hemos dado cursos de interculturalidad para, por ejemplo, no tratar de cambiar la forma de dar a luz de las indígenas. Ellas traen a sus hijos al mundo de forma vertical, en cuclillas y con una soga, y lo más que hacemos es mejorar con partos limpios. Entregarles guantes, cleenex... No se van a dejar dar a luz echadas», insiste el doctor Paul.

Los iquiteños son conscientes del futuro que supone para sus más pequeños la potabilización del agua o la asistencia sanitaria. Han cambiado los gobiernos de la mayoría de los municipios en estos tres años de cooperación pero en algo se ponen todos de acuerdo: «A pesar de estar rodeados de agua, miles de pobladores de esta zona no disponen de agua potable». Por eso, ven la financiación madrileña como algo más que una ayuda... «es un regalo de Dios», aseguraba una de las mujeres que, con dos niños en los brazos, agitaba otras tantas banderas, una española y otra peruana para recibir a «la alcaldesa de Madrid».

Misioneros

Algunos dirigenes ven en su aparición hasta una continuidad con el pasado: «La unión indisoluble de España y la Amazonía comenzó en el siglo XVI cuando llegaron los misioneros católicos a evangelizar. Fue una labor muy dura. Los restos de muchos yacen en alguna parte de la región, sin una cruz ni una flor. La madre selva los envolvió», empezaba su discurso el alcalde de Maynas, Salomon Abensur, antes de nombrar a la concejala «benefactora y visitante ilustre de Iquitos». Horas antes, era el presidente regional de Iquitos quien le daba otro título a Ana Botella: «Dama del Amazonía».

La respuesta de la concejala quiso ser una promesa con cierta solemnidad: «Si sigo siendo la encargada de cooperación al desarrollo en el Ayuntamiento de Madrid, seguiremos con la potabilización de agua en toda la provincia de Maynas y en otros lugares del mundo».


Limpiar el agua del Amazonas para fabricar chocolate

Después de la primera exportación del Samur fuera de Madrid, Ana Botella visitó otra de las plantas para limpiar el agua que se ha abierto con euros madrileños. En este caso, con la colaboración de Bomberos Sin Fronteras, se saca el líquido del Amazonas negro y lleno de suciedad y hacen que cada vecino recoja en una pileta 25 litros de agua bebible al día. «Abrimos de seis a nueve de la mañana y la gente, ordenadamente, recoge su agua», asegura uno de los trabajadores de la planta. «Tenemos ya dos químicos que aseguran que el agua está dentro de los niveles y cuatro trabajadores en la planta», explica Angel García Lorite, el presidente de Bomberos Sin Fronteras en Madrid. Pero el agua tiene que servir también como motor de desarrollo integral para esta zona, además de para salvar la vida de pequeños y mayores. Por eso, el último paso de la cadena de los proyectos financiados por el Consistorio ha sido el impulso para la creación de una cooperativa de mujeres que fabrican cholocate. La materia prima la tienen y el agua limpia también, sólo les faltaba la formación para integrar más a la mujer en un mundo especialmente duro para ellas, por más que el presidente regional se alegre de contar en su gobierno con cuatro concejalas. Si las elecciones lo permiten y los proyectos se mantienen, el Ayuntamiento de Madrid y Bomberos sin Fronteras aspiran a permitir que 350.000 personas en la zona de Iquitos puedan hacer algo tan sencillo como abrir un grifo y beber agua y no veneno. Su límite es 2008 y ya han llegado al 50% de la población objetivo.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad