«Nosotros, ciudadanos y ciudadanas de Europa, para fortuna nuestra, estamos unidos». La Declaración de Berlín, aunque haya sido elaborada en secreto por el entorno de Angela Merkel, hablará así en nombre de todos los europeos mañana, en el cincuentenario de la Unión Europea.
El borrador del texto no es la obra literaria esperada, cuando la Presidencia alemana pensaba incluso en su Premio Nobel Günter Grass para escribirla, ni compromete legalmente a un nuevo Tratado, pero la tozuda canciller ha logrado colar una frase clave para que los Veintisiete se sientan obligados a reformar ya las instituciones europeas.
«Henos aquí, por tanto, 50 años después de la firma de los Tratados de Roma, unidos en el empeño de dotar a la Unión de fundamentos comunes renovados de aquí a las elecciones al Parlamento Europeo de 2009. Porque sabemos que Europa es nuestro futuro común», concluye la declaración de tres folios que esta noche discutirán en una cena en Berlín los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE. La versión final se aprobará en el aniversario de la firma de los Tratados que fundaron la Comunidad Económica Europea y Euratom.
La enrevesada referencia a «los fundamentos comunes renovados» es un eufemismo para la aprobación de un nuevo Tratado con el resumen de la Constitución, ratificada por 18 países y rechazada por Francia y Holanda. Alemania quiere terminar su semestre como presidente de la UE en junio con la convocatoria de una conferencia para redactar un nuevo texto y adoptarlo, por vía parlamentaria, incluso este mismo año, si Nicolas Sarkozy gana las presidenciales francesas. El candidato conservador ya ha declarado que le bastará el sí de su Asamblea Nacional, a diferencia de sus oponentes, que prefieren un proceso más largo, con referéndum incluido. De momento, la canciller ha logrado convencer a sus vecinos del Este para que, al menos, apoyen la declaración de cumpleaños, pese a su poca simpatía a la integración política europea. La obsesión alemana es conseguir las reformas básicas para reducir el número de comisarios y eurodiputados en una UE de 28 países (si entra Croacia en 2009), simplificar el voto, reforzar la política exterior común y cerrar la última crisis europea, aunque algunos de los miembros de Europa del Este preferirían sólo un mercado común y paralizar la acumulación de competencias en Bruselas.
Críticas
Los checos han criticado con dureza el retraso de la canciller en pasarles la Declaración de Berlín para hacer «cambios», a pesar de que el acuerdo era, desde el principio, que Merkel reuniría las ideas sobre las que hubiera consenso, después de haber consultado con sus 26 colegas, y que la proclama europea sería distribuida en la cena de hoy. El presidente checo, Václav Klaus, se quejó ayer del secretismo de una declaración «orwelliana», aunque no prevé bloquearla.
El texto, aparte de la mención indirecta a las reformas, es, en realidad, inofensivo, y empieza con un homenaje a Europa oriental. «Cada miembro ha contribuido a fortalecer la democracia y el Estado de Derecho. Gracias al ansia de libertad de las gentes de Europa central y oriental, hoy se ha superado definitivamente la división artificial de Europa», dice la Declaración, que, como quería Polonia, también se refiere a «las confrontaciones sangrientas» y «la Historia llena de sufrimiento».
Respecto a los valores comunes, a los alemanes parece haberles entrado un ataque de filosofía sofista y descubren que «el ser humano es el centro de todas las cosas» y «su dignidad es sagrada». El manifiesto ensalza también valores como la solidaridad, el bienestar, el Estado de derecho, la diversidad o la tolerancia, aunque algunos de los miembros de la UE no sean el mejor ejemplo de su respeto.
No se menciona la ampliación ni las fronteras de Europa (la pretensión británica), pero sí el euro y el mercado único como instrumentos que hacen más fuertes a los ciudadanos. Además, entre los retos, se insiste en la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada. Y, como testimonio de la última política que ha traído el primer gran acuerdo en mucho tiempo a Bruselas, se incluye el recorte de emisiones de efecto invernadero.
PUNTOS CLAVE DE LA DECLARACION
Homenaje a Europa del Este y a su «ansia de libertad». La unificación de Europa como uno de los mayores logros de la UE.
Constitución: las reformas tendrán que estar en marcha antes de las elecciones al Parlamento Europeo de 2009.
El euro y el mercado común como puntos fuertes de la UE. Ni una palabra sobre las fronteras o la ampliación futura.