IRENE HDEZ. VELASCO. Corresponsal
ROMA.-
Tras la euforia inicial por la liberación del periodista italiano Daniel Mastrogiacomo secuestrado en Afganistán, el Gobierno de Romano Prodi ha visto día a día como crecían las críticas tanto en Italia como en el exterior a las negociaciones que realizó con los talibán para poderlo conseguir. Prodi teme que las consecuencias de la crisis influyan directamente en la votación que tendrá lugar la semana que viene en el Senado sobre la permanencia de las tropas italianas en Afganistán.
En Italia se especula con que EEUU y Gran Bretaña aumenten aún más sus críticas en los próximos días. «Nosotros no negociamos con terroristas y pedimos a los demás que hagan lo mismo», manifestaba visiblemente enojado Sean McCormack, portavoz del Departamento de Estado. «Gran Bretaña está preocupada por las implicaciones que pueda tener la liberación de talibán a cambio de secuestrados. Envía una señal equivocada a eventuales futuros secuestradores», aseguraba por su parte el Foreign Office.
La organización de análisis Stratfor, que trabaja para el Gobierno estadounidense, advierte que tras la excarcelación de los cinco presos talibán se corre el riesgo de que Afganistán se convierta en un «escenario checheno» en donde los secuestros sean una práctica habitual para obtener concesiones.
«Respeto el punto de vista norteamericano, pero pienso que también el nuestro merece respeto: la prioridad es salvar vidas humanas», se defendía Massimo D'Alema, ministro de Exteriores y vicepresidente italiano. La crisis diplomática supone un nuevo terremoto para Prodi, quien hace un mes se vio obligado a dimitir como primer ministro tras sufrir un duro revés en el Senado (donde el Gobierno cuenta con una mayoría pírrica) a causa de la controvertida misión militar italiana en Afganistán. Italia tiene desplegados allí 1.900 soldados en misión de paz, pero dentro de la coalición de centroizquierda que lidera Il Professore son muchos los que se oponen a ello. El Senado se pronunciará sobre el tema la próxima semana, y no es seguro que Prodi logre superar la prueba. Además de sus posibles disidentes internos, tampoco está garantizado que la oposición, que en teoría apoya la presencia de tropas en Afganistán, vote a favor de la refinanciación de la misión italiana. Silvio Berlusconi dejaba caer ayer la posibilidad de que la coalición de centroderecha vote en contra, al tiempo que se declaraba «seriamente preocupado» por la reacción de los aliados italianos ante el precio pagado por la liberación de Daniele Mastrogiacomo. «Estamos reflexionando», subrayaba Berlusconi respecto a la oposición que asumiría. «No hay nada descontado, porque la situación se ha modificado profundamente», añadía. «Habíamos garantizado nuestro apoyo pero ahora nos parece que está en absoluta discontinuidad respecto a la del pasado», se quejaba.
Sin embargo, y a pesar de que nunca fue admitido oficialmente, el Gobierno de Il Cavaliere habría pagado rescates millonarios para conseguir la liberación de varios secuestrados en Irak, entre ellos dos trabajadoras sociales (las famosas dos Simonas) y la corresponsal de Il Manifesto, Giuliana Sgrena.
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