Domingo, 25 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6307.
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POLITICA PENITENCIARIA / Internos adscritos al programa 'prestan' su jeringuilla a cambio de droga, tabaco o dinero / La Generalitat lo califica de incidentes aislados y recuerda que «es mejor que bolígrafos manipulados»
Los presos amenazan el plan de intercambio de jeringuillas del Govern realquilándolas
Las centros penitenciarios catalanes registran numerosos partes que alertan de esta problemática
NANDO GARCIA

BARCELONA.- El principal objetivo del Programa d'Intercanvi de Xeringues (PIX) de la Generalitat que se aplica en cuatro de las prisiones catalanas era frenar los casos de contagio de Sida que se producen entre los internos drogodependientes al compartir jeringuillas infectadas. Sin embargo, una práctica que se está volviendo habitual en los centros está poniendo en peligro el plan y su objetivo: muchos de los reclusos que están adscritos se dedican a realquilarlas a más internos. De seguir así, el propósito del programa podría invertirse y causar más contagios en lugar de prevenirlos.

El plan consiste a grandes rasgos en proporcionar gratis jeringuillas a reclusos drogadictos que se adhieran para evitar que los internos las compartan. El preso debe devolver la jeringuilla para adquirir una nueva de un solo uso y de aguja retráctil. No obstante, en los últimos meses se han registrado diversos partes en las cárceles en las que se aplica este plan -Quatre Camins, Tarragona, Ponent y Can Brians- alertando de que los reclusos realquilan las jeringuillas a cambio de droga, de tabaco o del dinero que utilizan los internos en prisión.

Precisamente en el último centro, Can Brians, situado en la barcelonesa localidad de Sant Esteve Sesrovires, se han detectado dos casos en los últimos días.

La semana pasada, diversos presos informaron confidencialmente a los funcionarios de que hacía varios días que a un recluso se le acercaban numerosos internos cada día a la misma hora.Los funcionarios decidieron cachear al preso y se registró su celda. Éste negó que tuviera algún objeto cortante en su poder, pero los trabajadores le encontraron una jeringuilla de las que se utilizan en el PIX. Al recluso no le quedó otra que admitir que pertenecía al programa, según explicaron fuentes penitenciarias a EL MUNDO.

Sólo unos días después y también en el centro de Can Brians, se registró un caso muy similar. Los funcionarios detectaron una actitud sospechosa en un preso en el patio de la cárcel.Cada diez minutos se le acercaba un compañero. Los trabajadores le ordenaron que se presentara en la oficina de los funcionarios.En ese momento, el interno se quitó la cazadora que llevaba puesta y la dejó en el patio, lo que fue observado por los trabajadores En su interior había una de las jeringuillas que suministran en el PIX. El recluso fue trasladado al Departamento Especial.

La aprobación de este plan, que se empezó a aplicar hace más de cinco años en el País Vasco, llevaba implícito el reconocimiento de que la droga circula abundantemente en las prisiones. Y las catalanas no son ni mucho menos una excepción.

El 20 de mayo de 2003, se empezó a aplicar el PIX en el Centro Penitenciario de Tarragona. Según datos de 2005, sólo cuatro internos recibían jeringuillas de forma diaria. Tras Tarragona, llegó el turno de la cárcel de Ponent, en Lleida, que empezó a aplicar el programa el 1 de mayo de 2004. En este centro la media de reclusos adscritos ascendía a nueve.

Posteriormente, el programa se intentó aplicar en la prisión de Figueres, pero finalmente fracasó. Donde sí funciona actualmente, además de en Tarragona y Ponent, es en la cárcel de Quatre Camins, situada en la barcelonesa localidad de La Roca del Vallès, y en Can Brians, donde se ha registrado el mayor número de incidentes.

La portavoz del Departament de Justícia de la Generalitat admitió que se han detectado esta clases de situaciones en las prisiones, pero aseguró que «son incidentes aislados» y que se atajan con la mayor brevedad posible. En caso de ser necesario, se da de baja del programa al interno y se soluciona de esta forma la problemática. Esta portavoz destacó que los resultados del plan son positivos y explicó que de forma anual el Departament de Salut elabora un informe en el que se valora la evolución del programa. «Siempre es mejor que se inyecten con una jeringuilla que no con bolígrafos manipulados», añadió la portavoz.

Tanto Núria de Gispert -la consellera de Justícia bajo cuyo mandato se puso en marcha el plan- y sus sucesores en el cargo han defendido el plan como herramienta efectiva para prevenir enfermedades infecciosas y contagiosas asociadas al consumo de drogas. Disminuir la tendencia a compartir jeringuillas fue otro de los objetivos de esta iniciativa, que ahora se ve amenazada por el poco control que se realiza sobre el destino de las jeringuillas y por su realquiler a otros internos en las prisiones.


La identidad de los internos se mantiene oculta

BARCELONA.- La identidad de los internos que participan en el Programa d'Intercanvi de Xeringues (PIX) se mantiene oculta por decisión de los impulsores de la iniciativa. Sucede que esta medida, que preserva el derecho a la intimidad de los internos, se convierte en un problema para los funcionarios que trabajan en las cárceles. De esta forma, los trabajadores no saben quién tiene o no jeringuilla.

En opinión del portavoz de UGT, Miguel Pueyo, la responsabilidad de «los errores en la aplicación del PIX» en la cárcel de Can Brians es de su directora, Silvia Serra, a la que aconsejó «unas largas vacaciones». Pueyo aseguró que «gran parte de la plantilla reza porque se abra el nuevo centro de Brians2 para pedir traslado y poner distancia», señaló el portavoz de UGT, que añadió que la mitad de los educadores sociales de este centro «han pedido irse a Brians2 para escapar de la crisis de su gestión».

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