Es tal el impacto de la estética en todos los grupos humanos sin excepción, que algunos programas de televisión incluyen una sección al respecto en sus contenidos: imágenes del antes y después de un paciente y parte del proceso quirúrgico. Está previsto que esta noche el canal televisivo Antena 3 emita el primer capítulo del título Cambio radical, de idéntico formato que el programa que ha superado todos los récords de audiencia en EEUU.
Es momento de lanzar al aire algunas preguntas con tinte de duda razonable: ¿es necesaria tanta información? ¿Es positivo el evidente acercamiento entre médico y paciente? ¿Será bueno que los hechiceros de la tribu se solapen con los guerreros? La duda real es si merece la pena tenderse sobre una camilla sin apenas incógnitas a partir de la información obtenida a través de los reality shows.
«Eso no puede ser bueno», comenta el Dr. Antonio Tapia, «para nadie que desee operarse en breve. Es bueno para los que buscan impacto inmediato de la imagen a costa de lo que sea. Creo que grandes maestros como Hinderer, Vilar sancho, Planas, Mir y Mir , médicos que llevaron la cirugía española por el mundo, sentirían vergüenza ante la forma de aplicar el marketing a nuestra especialidad.Por otro lado la cirugía estética no cambia nada, sólo ayuda a que una persona se sienta más cómoda consigo misma. Queda por ver si en estos programas explicarán lo duro que es a veces el despertar, y cómo se sentirán esas personas si en su vida no cambia nada más que su aspecto».
Vilarrovira, Torres y Taverna se declaran en la misma línea y afirman que «es vergonzoso y poco ético», y abogan por una información realista ante aquello con lo que el paciente va a encontrarse.El Dr. Pere Taverna afirma que «la belleza se ha convertido en un reclamo y ése es el error. Hay una línea muy fina que separa la ética de la estética y pienso que se están rozando con excesiva frivolidad los límites. Es peligroso porque el afán por un cambio radical en el propio aspecto también indica muchas carencias paralelas. Me cuesta pensar que a una persona le disguste todo su cuerpo. Si bien es cierto que la cirugía es un refugio para la realización personal, también lo es que debería ser el último.¿Qué está pasando con valores como la bondad, la generosidad...con inquietudes sobre arte, literatura? Ya sólo falta que los medios potencien lo que ya llevan haciendo desde hace tiempo, que es indicarnos cómo hay que ser y pensar y, sobre todo, qué aspecto hay que tener».
El Dr. Vilarrovira deja una puerta abierta a la información, pero contenida por causas externas a los propios medios. «Pienso que cuanta más información tenga el paciente es mucho mejor.Pero quizás la televisión no sea el medio más adecuado porque el televidente, en general, carece de la base médica para entender todo lo que se le va a transmitir. La Dra. Ana Torres apoya el transmitir la información necesaria «porque de este modo las expectativas del paciente frente a su cirugía son más reales.Lo más importante es que el paciente sea consciente de los pros y los contras de la intervención, de los riesgos reales. Pero no puedo apoyar la difusión televisiva que convierte nuestra profesión en un circo».
Son ya muchos los cirujanos que reclaman una comisión con criterios suficientes para controlar la publicidad que envuelve a la Cirugía Estética, y el pasado 21 de diciembre la Asociación del Defensor del Paciente reclamó al Gobierno de Zapatero una regulación al respecto por considerar que se puede perjudicar a personas con escasos recursos. Y se supone que con escasa formación intelectual.
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