Pregunta.- ¿Qué va a hacer para remontar la caída de audiencia de los últimos años?

Respuesta.- El proyecto para los próximos años es convertir a RNE en una radio sólida, dentro del mercado, manteniendo su carácter público. Esto no es la televisión, las cifras se miran menos, se apuesta más por la marca y los resultados y consecuencias son también a medio plazo, pero eso también puede ser una ventaja. Hay que tener paciencia y estar en el mercado, lo que significa ser competitivos. Para eso hay que definir el proyecto, ver cómo está la competencia, el número de oyentes, cuáles están disponibles y dónde podemos arañar. Quizá esa estrategia no ha sido la prioridad en los últimos años.

P.- ¿Cuáles son sus prioridades?

R.- Radio 1 es la gran prioridad. La radio convencional cuenta con lo mejor del medio, con gran parte de los mejores profesionales, aunque algunos, desgraciadamente, se van a marchar con el ERE. Digo desgraciadamente por el valor añadido que suponen esas personas. La radio no depende de las grandes producciones como la televisión, sino de las personas. De hecho, casi el 80% del gasto es personal. Lo que esté bien, lo que funcione y las joyas del servicio público habrá que mantenerlo y potenciarlo. En todo aquello que se pueda mejorar, vamos a entrar con muchas ganas, sin miedos, porque podemos contar con todas las personas de la casa, pero también miraremos cómo está el mercado.

P.- ¿Qué va a hacer para aumentar el número de oyentes?

R.- El número de oyentes es importante para nosotros y debemos aspirar a mejorarlo. ¿Cómo? De entrada RNE tiene un valor que es la información y hay que potenciarlo. Yo soy más de información que de opinión, lo cual no significa que deje de haber opinión en la radio, porque aquí caben todas, las de todos los colores. Pero la información es esencial, es el punto de la partida para que los ciudadanos puedan formarse su propia impresión de las cosas. Los informativos van a ser un eje fundamental.

Ahora mismo, para ganar oyentes debemos crear grandes bloques referenciales. El oyente se tiene que acostumbrar a que hay muchos contenidos, pero están conducidos por una o dos voces. Esa dinámica se ha perdido en los últimos años. Ser competitivo no significa que dejemos de lado los programas sobre medio ambiente, sanidad, consumo o inmigración, que se han hecho muy bien en los últimos años. Todo esto seguirá, pero dentro de un bloque. Debemos aprender a vender mejor lo que hacemos.

P.- RNE es una radio de mayores. ¿Van a buscar otro perfil?

R.- Ya hemos empezado a trabajar en una radio mucho más dinámica, tiene que sonar mucho más joven, sin prescindir de los oyentes que han seguido esta radio durante los últimos 20 o 30 años. Pero debemos incorporar oyentes más jóvenes y de otra mentalidad. No hay que descartar a nadie, hay que ampliar el espectro para que se incorpore mucha gente, que incluso escucha la radio de forma distinta, como por internet. La radio pública debería ser pionera en internet y en una programación a la carta. Hacer esa apuesta ya nos coloca en el mercado.

P.- ¿Dónde cree que pueden arañar oyentes?

R.- En la radio convencional hay un espectro de oyentes que necesita algún referente diferente. Estamos en un momento político vital, y mucha gente necesita, al margen de cual sea su ideología, sentirse identificada con una radio que le ofrezca de todo. Ese espacio lo podemos ocupar nosotros, hay una vía de centro muy amplia en la radio, que puede recoger oyentes de cualquier ideología. No hay por qué identificarse con una u otra forma de ver la vida para escuchar RNE. La opción de centro radiofónico la puede asumir RNE en las próximas temporadas. No sólo por las voces o por las figuras que identifiquen a la radio convencional, sino por los contenidos que ellos van a trasladar.

P.- ¿Cuándo comenzarán a escucharse los cambios?

R.-El gran cambio, de sonido, de programas, de contenidos se puede dar en septiembre con el arranque de la temporada.

P.- ¿Habrá muchas sorpresas?

R.- Creo que puede haber sorpresas, aunque cuento con la gente de la casa, como no puede ser de otra forma, lo mismo que cuento con los centros territoriales. Pero si queremos estar en el mercado, también habrá que contar con las personas que están en el mercado. Sin pasar los límites del presupuesto, habrá que buscar lo mejor que haya en el mercado y traerlo.

Tenemos que adecuar el número de personas al proyecto de radio que queremos hacer, y convertir a RNE en un producto competitivo que de garantías de servicio público y que, además, atraiga oyentes.

P.- ¿Tiene el presupuesto necesario para hacer lo que quiere?

R.- Nunca es suficiente para el periodista ambicioso profesionalmente que llega al puesto para colocar al medio en primera línea. Pero aprovechando la sinergia de grupo y tomando lo mejor de cada casa, es posible darle un cambio con el presupuesto que tenemos. Que se necesite un poco más de dinero, puede que sí, siempre se necesita más, pero una empresa pública debe tener también sus límites. Público no puede ser igual a despilfarro. Los límites en el presupuesto te marcan la gestión, pero ahí está el reto de gestionar.

P.- ¿Cuándo va a estar RNE arriba peleando por los primeros puestos de audiencia?

R.- En radio no se puede hablar en el corto plazo, pero en las empresas públicas hablar en el largo plazo no es prudente, entonces me voy a quedar en el medio plazo. Creo que al menos dos temporadas es un buen límite de tiempo para que se note la mano de la nueva dirección.

P.- ¿Qué va a pasar con Radio 3, Radio Clásica o Radio 5?

R.- Son las joyas de RNE que hay que mantener. Son emisoras de bajo coste, funcionan con un mínimo de gasto en personal y técnico y arrastran un importante número de oyentes. Los oyentes de las tres pueden estar tranquilos porque se va a mantener su producto, pero también trabajaremos en mejorar los contenidos.

P.- ¿Habrá más sinergias entre todas las cadenas de RNE?

R.- Todas las radios trabajan para la misma marca, todo es RNE. Tenemos que ir eliminando los reinos de taifas dentro de la propia radio porque todos trabajamos para la misma casa. Cuando hablamos de sinergías, estas tienen que ser reales. Yo diría que esta es la casa ideal para aplicar el concepto de sinergia, aunque haya que cambiar algunos hábitos. Se comparte la propiedad, la línea editorial, los medios técnicos, no parece difícil.