Por precaución, durante los dos días que duró el posado para el equipo de Elle -9 y 10 de marzo pasados- Elsa Pataky ponía el despertador a las 3:30 de la madrugada. Media hora más tarde, estaba ya en manos de Beatriz Matallana, reputada maquilladora y directora de peluquería de la Pasarela Cibeles, contratada por la revista femenina expresamente para la elaboración de ese reportaje. Y no mucho después de las 6:00, la actriz comenzaba la sesión de fotos en la playa, frente a la cámara del francés Pascal Chevalier. Lo intempestivo del horario era una medida extra de seguridad para evitar que ningún listillo se topara con la golosina. Aunque Elle le había prometido a Elsa unas imágenes exquisitas y castas -a publicar en mayo próximo-, el trabajo requería muchos minutos totalmente desnuda o con los pechos descubiertos frente al objetivo.
«¿No habrá paparazzis?», dicen que preguntaba Elsa, desconfiada, barriendo la playa con la mirada. «No te preocupes», la tranquilizaron los de Elle. La revista había blindado su seguridad alojándola en el Paraíso de la Bonita Resort, un lujoso hotel ubicado en Puerto Morelos, estado de Quintana Roo, México, cuya habitación más barata no baja de los 800 euros la noche y con una playa, si no privada, con acceso exclusivamente para los clientes del hotel.
Cuando una semana después, ya en su casa de Los Angeles, el día antes de la salida de Interviú, supo que la publicación del grupo Zeta iba a desplegar su anatomía en 14 páginas no pudo articular nada más que un «¡qué putada!» tras otro.
Según varias fuentes consultadas por Crónica, conocedoras de la operación, el material fotográfico repartido en dos cabeceras de Zeta -Interviú el lunes y Cuore el miércoles- le habría costado al grupo un total de 90.000 euros. Una cifra muy baja, a decir de los expertos, si se tiene en cuenta que Elsa Pataky cotiza al alza, le han crecido los paparazzis como setas sobre todo desde que se emparejó con el actor Adrien Brody y nunca se ha prestado al desnudo por muchos ceros que tuviera el talón. Se ha convertido en una de las famosas más reclamadas -en 2003 fue el personaje más buscado en yahoo y una encuesta de Sigma 2 encargada por la propia Interviú la señala como la española más deseada- pese a que su filmografía no tiene mucha chicha aún y a que su 1,60 de estatura, a priori, la descolgaría del catálogo de bellezas de infarto. Muestra de su tirón es que la web de Interviú se colapsara el lunes y que Telecinco abriera su informativo con el asunto del desnudo robado. «Es un pedazo de reportajón, el topless más esperado», dice el responsable de una agencia del sector, «yo no la habría vendido por menos de 120.000 euros».
Quizás la baja valoración se explica porque no fue una sola agencia sino dos quienes pusieron el material sobre la mesa de Interviú, que se quedó el book completo. Las estampas menos elocuentes, un par de fotos, las consiguió un paparazzi mexicano que se cruzó con la escena. Sus instantáneas fueron ofrecidas a las agencias españolas a través de una empresa internacional a la que le bastaron unos minutos para colocarlas. A la redacción de Interviú llegaron de la mano de Queen.
TOMADAS DESDE EL HOTEL
Pero el grueso de las imágenes, las más suculentas, fueron tomadas por una cámara española. Las fotos en las que a la actriz se le ven los senos -la confirmación para muchos de su paso por el quirófano- y en las que aparece totalmente desnuda, de espaldas, habrían sido captadas desde una habitación del propio hotel.
En el mundillo circula a voces que fue Korpa la autora de esta entrega. La agencia, sabedora de la presencia de la actriz en Paraíso de la Bonita, habría enviado a uno de sus fotógrafos desde Miami, donde se encontraba siguiendo a Luis Alfonso de Borbón. Entre el resto de periodistas que cubrían al hijo de Carmen Martínez Bordiú en Florida fue muy comentada la repentina desaparición del de Korpa.
La confirmación del origen de las imágenes la tuvo el periodista Miguel Temprano el miércoles anterior a la salida de Interviú. «Llamé a Alvaro García Pelayo [copropietario junto con Angela Portero de Korpa] y le dije que me había llegado información de que habían pillado a la Pataky desnuda y que estaban intentando venderla a Interviú. Me lo confirmó pero me dijo que no podía añadir nada más», dice. No es la primera vez que Korpa, siempre con muy buena información sobre los movimientos de la actriz, rubrica una exclusiva sobre Pataky. Suyas fueron las fotos de Elsa con Brody en Chile celebrando el 30 cumpleaños de ella y las del paseo de la pareja por Miami. (Los responsables de Korpa no han atendido las reiteradas llamadas de Crónica).
Queda por saber de dónde salió el soplo -«del entorno personal de ella o de la revista, eran los únicos que sabían de ese contrato, aunque cabe la posibilidad de que la agencia rastreara el viaje a México», dice un paparazzi- y si queda material aún más explícito en algún cajón. «Imaginamos que los genitales también están retratados y guardados para una futura negociación. No dar lo más importante y dañino es una buena baza para hablar con los abogados», dice Temprano.
Tanto Elsa Pataky como Elle han anunciado demandas contra Interviú. La actriz, a través de su abogado, ha recalcado que donaría la posible indemnización a una ONG. No es fácil que se lleve el gato al agua ante los tribunales. El robo de exclusivas es pan de cada día en la prensa rosa, donde no hay normas de deferencia hacia la competencia.
El propio Temprano le recuerda a Elle que dos revistas de su mismo grupo -Qué me dices y Diez Minutos, de Hachette Filipacchi- le hicieron a él la misma jugada a finales de 2004, cuando cubría la luna del miel del torero José Antonio Canales Rivera, pactada con ¡Hola!, en México. «Una agencia se enteró, mandó un fotógrafo y Diez Minutos y Qué me dices publicaron las imágenes reventando la exclusiva. Ni ¡Hola! ni yo nos planteamos denunciar. Esto es una guerra donde gana el más listo y el que más corre y en esta ocasión le ha tocado perder a Hachette», dice.
Tampoco Antonio Montero, dueño de Teleobjetivo, dejó de disparar su cámara cuando, tras seguir a Isabel Preysler y familia hasta Egipto se dio cuenta de que los acompañaba un equipo de Queen. «Lo sentí por ellos pero hice mi trabajo», dice.
Con todo el caso más sonado fue el de las fotos de la boda de Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, en noviembre de 2000. Hello!, la cabecera inglesa de ¡Hola!, le fastidió la exclusiva a OK! y el asunto llegó a los tribunales. Aunque en primera instancia Hello! fue condenada a pagar 1,45 millones de euros ganó después en el Tribunal de Apelaciones. El caso se dirime aún en la Cámara de los Lores, la más alta instancia judicial del Reino Unido.
De vuelta al desnudo de Pataky, en el sector coinciden en señalar que Elle quizás ha pecado de poco precavida, de «cándida». ¿Por qué no se fueron a una isla privada? «Ni hemos sido ingenuos ni poco cautos», dice Susana Martínez Vidal, directora de Elle. «Aquí no hay más que unos piratas indecentes que de manera ilícita nos han robado el trabajo».
