NACIO: En Río Grande do Sul, Brasil, en 1980. Es de origen alemán. CACHÉ: A los 14 años un agente de la agencia Elite la descubrió en un Mc Donald's . Su caché : 10.000 euros por hora. CINE: Tras alguna incursión, no descartará ofertas para trabajar en proyectos serios.
La modelo más famosa del mundo lucha contra las agresiones que sufren algunas regiones protegidas de Brasil, su país. La nueva colección de sandalias diseñadas por Gisele Bündchen, con grafismos de los indios Kisêdjê, asentados en el parque indígena Xingu, ayudará a estas tribus amenazadas por una deforestación especuladora y salvaje.
PREGUNTA.- ¿A usted también le preocupa el cambio climático?
RESPUESTA.- Cada día más. He estado cuatro días en Nueva York y al llegar hacía un calor enorme. Al día siguiente me moría de frío, es una locura. Estamos destruyendo todo lo que tenemos, hay que empezar a hacer algo. Yo vivo en este planeta y quiero dejar un futuro para mis hijos. En Brasil, es peor. Tenemos el pulmón del mundo y lo estamos descuidando.
P.- Es la top mejor pagada del momento, pero tiene los pies en el suelo.
R.- Es que ir de diva no es nada bueno, creo que somos todos iguales. Y yo vengo de una familia maravillosa, gente muy sencilla y con principios. Eso me ha dado una base muy sólida. Hemos sido seis hermanas compartiéndolo todo.
P.- ¿Cuántos cuartos de baño había en la casa?
R.- Dos para ocho personas y en una casa pequeña. Una buena escuela para aprender a compartir.
P.- ¿Está contenta con Lula, su presidente?
R.- No confío mucho en Lula. Ha sido una desilusión. Necesitamos una persona como Al Gore. Lástima que le robaran la presidencia de Estados Unidos. El mundo quizá iría hoy por un camino distinto.
P.- ¿Le tienta hacer una carrera política?
R.- No lo sé. Lo que sí puedo hacer es ejercer una influencia en el ambiente en el que vivo. Ahí es donde estoy trabajando en este tema que tanto me preocupa. El calentamiento global me quita el sueño.
P.- ¿Por qué nunca ha querido hacer publicidad en topless?
R.- Porque pienso que a mi padre no le gustaría mucho.
P.- ¿Le importa tanto su opinión?
R.- Pues claro. Yo necesito a mi papá y quiero que esté orgulloso de mí. No le ofendería por nada del mundo.
P.- ¿Es verdad que se pone morada de hamburguesas?
P.- Me encantan, pero como menos que cuando era jovencita, ahora sólo me tomo una por semana. Como muy sano.