TOMAS MARCO
Orquesta Nacional de España
Director: Josep Pons./ Obras: Richard Strauss y Schönberg. / Intérpretes: Anne Schwanewilms, soprano. / Escenario: Auditorio Nacional / Fecha: 23 de marzo.
Calificación: ***
MADRID.- Tras su gira por Alemania y Austria, la Orquesta Nacional vuelve a sus ciclos madrileños con un programa germanoaustriaco. Dos obras maestras, una de un final de carrera, otra de un inicio. Las Cuatro últimas canciones es la obra póstuma de Strauss. Obra sensacional, de despedida, un adiós no sólo a la vida, sino a toda una cultura que él había visto desmoronarse con dos guerras mundiales. Música de punzante expresividad que va mucho más lejos que los textos de Hesse y Eichendorff en que se basa. Música de doliente belleza. La cantaba Anne Schwanenwilms que se anunció que estaba aquejada de bronquitis y, aunque no pudo arriesgar, mostró una voz bonita, una gran línea vocal y un saber decir. Josep Pons la mimó con una orquesta dúctil y de matizada técnica sobresaliendo los solos de violín de Sergei Teslia.
Si la obra de Strauss era un crepúsculo, la de Schönberg constituye un comienzo, ya que es obra de juventud fechada en 1902. Se basa en el drama Pelleas y Melisande del dramaturgo simbolista belga Maurice Maeterlinck que encandilara al público y a los intelectuales del cambio de siglo. Asombra que consiguiera que le pusieran música, entre otros, nada menos que Fauré, Debussy, Sibelius y Schönberg.
Debussy y Schönberg hacen sus obras en las mismas fechas sin conectar entre sí, pero mientras el francés, como impresionista, está más cerca del simbolismo, Schönberg se decanta por serpentear en la frontera entre el posromanticismo y el expresionismo. Música densa y hermosa. Pons la planteó en profundidad y la ONE demostró su probada valía y su capacidad para afrontar empresas de envergadura. Fue una sesión de interés en la que se daban la mano el adiós de un viejo maestro y el aquí estoy de un joven de enorme proyección futura. Y entre ambas obras, un cruce de caminos muy cercanos en el espíritu de esa cultura germánica de la que ambos proceden.
|