Domingo, 25 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6307.
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Homenaje a Buero Vallejo en el Auditorio de Guadalajara
J. V.

GUADALAJARA. - Un texto inédito de Buero Vallejo, Monólogo para su hijo Enrique (Juan Ribó), y la reposición de una de sus obras legendarias, En la ardiente oscuridad, han sido uno de los atractivos de las jornadas que ha dedicado al autor el Ayuntamiento de Guadalajara. Este monólogo es el único texto inédito que quedaba por conocer de Buero Vallejo. Paralelamente a estas dos representaciones, una exposición de dibujos que evidencian la vocación pictórica de Buero; como dijera Rafael Alberti, en parecido tránsito de las artes plásticas a la literatura, también Buero podría celebrar «el dolor enterrado de nacer un poeta por morirse un pintor».

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El libro en que se recoge esta faceta plástica del dramaturgo es obra de Luis Iglesias Feijoo, edición y estudio, y se titula Buero antes de Buero; fue presentado en el transcurso de las jornadas y es revelador de los caminos por los que guiaba sus pasos antes de que le sorprendiera el éxito teatral con Historia de una escalera, premio Lope de Vega en 1948. Extraño país éste llamado España; en pleno franquismo, puro y duro, un ex presidiario a quien se le había conmutado la pena de muerte da un golpe de mano escénico y se queda con el cetro de la farándula.

En la ardiente oscuridad, uno de sus textos más difíciles, repuesto en el teatro de su propio nombre, destaca la vigorosa dirección de Mariano de Paco, con un inteligente guiño al «efecto inmersión» en un momento determinado de la representación; es el momento concreto en que Ignacio (Roger Pera) se imagina la ceguera de los videntes cuando éstos cierran los ojos. Destaca también la estilizada escenografía de David F. Loaysa que, en complicidad con la iluminación de Pedro Yagüe, une funcionalidad, lirismo y austeridad.

Un grupo joven de actores, encabezado por la veteranía de Francisco Vidal, apuntala la conmovedora fragilidad de Victoria Rodríguez (viuda de Buero), quebrada por una emoción subyacente, en un personaje de hondos registros. Dentro de ese grupo, de desigual interpretación, sobresale el Ignacio de Roger Pera; y muy próximos a él, Olalla Escribano, David Alarcón y la colaboración especial de David Zarzo.

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