La única lectura positiva que realizó el seleccionador, además de los tres puntos logrados, fue que lo peor ya ha pasado, y que en su opinión tendrán que pasar muchísimos partidos para que se la selección vuelva a ponerse tan nerviosa y pierda tantos balones. «Ésta no es la selección española. Esta noche he visto a jugadores desconocidos», sentenció. Y eso que él creía que lo tenía todo atado y bien atado. No se podía imaginar que después de lo de Irlanda, a sus jugadores se les fuera la pelota de la forma que se les fue en la segunda mitad, después de haber dejado el marcador con 2-0: «En el descanso les dije que había que tener la pelota, que tocar y que aprovechar las contras. Pero no ha salido nada de eso. No lo comprendo». No dio la impresión el técnico de encarar el partido del miércoles frente a Islandia con temores. Espera que lo de anoche se entienda como una intervención poco menos que médica; que ante Dinamarca sus chicos se han sacado una espina así de gorda y que a partir de ahora todo volverá a la normalidad. No escondió, desde luego, que con el fútbol de ayer no se podría llegar a la Eurocopa, asunto éste que sigue bastante complicado.

«No sé qué es lo que nos ha podido pasar. No hemos estado a nuestra altura y me da rabia que con el partido controlado le hayamos dado a la afición tantos motivos para dudar de nosotros como les hemos dado». Iker Casillas estaba molesto, pero prefería agarrarse a los tres puntitos. «Yo dije antes de empezar esta concentración que lo teníamos que hacer es terminarla en Mallorca con seis puntos más. Ya nos queda la mitad». Por cierto, que Luis, en un acto de honradez y de buen gusto impropio de los tiempos que corren, prefirió separar la victoria de la imagen: «No puedo irme contento porque así no me hace mucha ilusión ganar los partidos».

Fernando Morientes sí que estaba feliz. Marcó un magnífico gol, su tanto número 27 con el equipo nacional: «Cuando un delantero tiene la sensación de que se confía en él como titular, de que creen en uno pues eso da una fuerza especial. Marcar un gol tan importante en un sitio tan especial para mí significa muchísimo». El valencianista explicó cómo logró el tanto: «La verdad es que cuando Iniesta me pasó el balón y me metí en el área dudé en disparar o no, porque el que venía a por mí era Agger, con el que había jugado en el Liverpool. Me la jugué con el recorte y salió bien».

Al que le salió mal la noche fue a Morten Olsen. El colega danés de Luis terminó expulsado, y ni siquiera el apoyo con cánticos de los casi 5.000 hinchas le quitaron el disgusto. «No creo que Dinamarca haya merecido la derrota, ni yo la expulsión. No me ha gustado el trabajo del árbitro. Hemos sido superiores y aún con un jugador menos que España, hemos dado un impresión extraordinaria. No tengo ninguna duda de que en el partido de allí vamos a demostrar que además de ser mejores nos vamos a llevar los tres puntos».

La selección española tiene hoy día libre y se concentrarán por la noche, porque mañana, pronto, se viaja hacia Mallorca. Para el encuentro ante Islandia, Luis recupera a dos de sus futbolistas preferidos: Puyol y Sergio Ramos, que ayer no pudieron jugar por sanción.