Su maniobra en el primer tanto define el estilo de un delantero elegante y eficaz. Recibió un balón en carrera, quebró a Agger pasándose el balón por detrás y disparó por debajo del meta Sorensen. Celebró con calma su gol número 27 en los 45 partidos que ha disputado con la selección, con la que no estuvo en el Mundial de Alemania al no ser convocado por Luis Aragonés.

Silva, dinámico.

En el mediocre arranque de la selección, sólo él tuvo valentía para plantar cara a Dinamarca. El rival entró en el terreno de juego con mayor ímpetu que España, con la líneas adelantadas y ambición. El equipo de Luis temblaba en la medular a la hora de defender. La única bala hasta que los daneses se quedaron con uno menos fue Silva. El pequeño futbolista bajó el balón y aportó dinamismo al ataque, mientras Iniesta y Xavi no encontraban su espacio. Buscó a sus compañeros en la delantera, se apoyó en las subidas de Capdevila o disparó a puerta si tuvo opción. Descaro, juventud y talento en su primer partido oficial con el equipo nacional.

Iniesta, vertical.

Instalado en la banda derecha, como falso volante, el barcelonista tomó vuelo en la superioridad de su equipo, porque antes sufrió y no logró combinar con Xavi. Después, con aire, empezó a mover con fluidez. Primer toque o aperturas, en función de la necesidad. Le faltó la continuidad de sus mejores días del Camp Nou y tampoco apareció por el área danesa. Pero sus intervenciones son oxígeno. El primer gol de España surgió de un pase al hueco fabuloso del manchego. Veloz, la puso en el lugar oportuno para que Morientes resolviera.

Xavi, inconstante.

Tuvo 20 minutos poderosos cuando la selección se encontró con un hombre más, pero Luis Aragonés decidió cambiarle al comienzo de la segunda parte para dar entrada a un irregular Xabi Alonso. En igualdad, apenas tuvo presencia, aunque su fútbol creció para impulsar a España, necesitada en el tramo inicial de ideas y ritmo en el centro del campo. El Bernabéu le ovacionó.

Rommedahl, valiente.

El delantero del Charlton firmó un brillante comienzo, liderando el juego arriesgado de su equipo en el Bernabéu. Se movió por ambas bandas y aprovechó la debilidad española en el centro del campo para encarar el área de Casillas con suma facilidad. El sevillista Poulsen alternó el músculo y la calidad para asustar al grupo de Luis Aragonés, muy inferior 11 contra 11.

Albelda, errático.

Pobre encuentro del valencianista. Su trote no se compaginó con el ritmo de Xavi, Iniesta o Silva. Se encontró aislado en el centro, a mitad de camino de la creación y la defensa, desbordado por el poderío danés del inicio. Miró más que presionó y perdió una cantidad de balones muy peligrosa cuando la Eurocopa está en juego.