SAN REMO (ITALIA).-
Acudió a la clásica italiana muy confiado en sus posibilidades. Los problemas físicos que le habían mermado las energías en la pasada temporada habían desaparecido y en las carreras de Mallorca, Andalucía y Tirreno-Adriático del presente curso había recuperado las buenas sensaciones de antaño. Oscar Freire ya había anunciado a su entorno que el triunfo no se le escaparía, algo que confirmó poco después de subir a lo más alto del podio de la centenaria prueba. «Esta mañana, antes de tomar la salida, tenía más fe en mí mismo de lo habitual. Sabía que estaba preparado. Me sentía muy bien y sabía que podía ganar», declaró emocionado el tres veces campeón del mundo de fondo en carretera.
«No estoy feliz, estoy felicísimo por el triunfo conseguido. Me he encontrado bien, he cogido la rueda de Petacchi, porque sus compañeros le llevaban a una buena velocidad. Pude superarlo y encontré un hueco para ganar. El sprint salió perfecto y mis piernas respondieron», aseguró el velocista español, que siempre creyó que los ataques efectuados durante la etapa no fructificarían porque el viento era favorable al pelotón, informa Efe.
El cántabro, siempre aquejado por diversos problemas físicos, señaló que el secreto para derrotar a las adversidades radica «en la cabeza». «Siempre pienso en positivo. Conozco mi cuerpo y tengo confianza en mí mismo», dijo el doble ganador de la Milán-San Remo.
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