FÉLIX MARTINEZ
BARCELONA.-
El próximo 28 de mayo, tras el análisis de los resultados electorales de los comicios municipales, se desenvainarán las espadas en CiU. Ese día la dirección de la federación nacionalista debe empezar a desarrollar la única estrategia que puede sacar a la formación del pozo tras la reedición del tripartito: convertirse en la pieza esencial para formar Gobierno en España tras las próximas generales. El debate será duro porque, a pesar de que hay un acuerdo absoluto sobre la necesidad de ser imprescindibles para la formación del Gobierno, hay una absoluta división sobre quién debe liderar el proceso, según fuentes de la federación.
El liderazgo del presidente de CiU, Artur Mas, quedó seriamente cuestionado después de que en las autonómicas del 1 de noviembre, la federación se viera condenada a la oposición. Mas cuenta con el apoyo de buena parte de la dirección de Convergència Democràtica, pero las voces críticas son cada vez más y más significativas. Sobre todo porque prácticamente ha desaparecido del debate público.
Entre los sectores sociales que tradicionalmente han estado cerca de CiU, valoran muy positivamente la gestión del secretario general de la federación y presidente del comité de gobierno de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, como líder del grupo parlamentario catalán en el Congreso de los Diputados. Se le define como un gran interlocutor con Madrid.
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